La generación descentralizada de electricidad con base en fuentes renovables, especialmente la abundante procedente del sol, es la solución más sostenible y económicamente viable en Paraguay, para que la luz llegue a sus comunidades más aisladas.
Son esas localidades en zonas semiáridas o semihúmedas con muy baja de densidad de población, donde viven campesinos, indígenas y ganaderos, las que aún carecen de electricidad en este país sudamericano.
Según expertos consultados por IPS, la llamada generación eléctrica distribuida y descentralizada utiliza tecnologías de pequeña o micro escala, que proporcionan electricidad en puntos cercanos al consumidor, es la ideal para atender a estas poblaciones.
Este sistema comenzó a impulsarse en los últimos años en Paraguay, debido a la mala calidad de la distribución eléctrica del país, pese acercarse a 98 por ciento de cobertura eléctrica a nivel nacional.
La evolución tecnológica también favorece a la implantación a costos más bajos de paneles fotovoltaicos en un país que registra más de 250 días de sol al año.
Una central de energía solar que funciona día y noche e incluso los días de lluvia. En Gemasolar, instalada en el sur de España nadie se preocupa cuando está nublado. Gracias a una tecnología única en el mundo, la energía acumulada mientras el sol brilla permite producir electricidad en esta planta que funciona desde mayo de 2011 en Andalucía. (Créditos: AFP)
Paraguay, como la mayoría de los países de América Latina, logró un alto nivel de electrificación.
Pero el país experimenta problemas en la llamada “última milla”, de cómo llegar a las poblaciones remotas, explicó a IPS una de las coordinadoras mundiales de la Iniciativa Aldeas Inteligentes, Claudia Canales.
El programa, impulsado desde las universidades británicas de Cambridge y Oxford, tiene como objetivo aportar a los tomadores de decisiones, donantes y agencias de desarrollo nuevas ideas sobre el acceso a la energía en comunidades no conectadas a la red eléctrica en países del Sur en desarrollo.
Solo en América Latina, existen 24 millones de personas que todavía no tienen acceso a electricidad y 65 millones que dependen de la leña para cocinar, según datos de las Naciones Unidas.
“La generación descentralizada es la única solución posible”, destacó Canales, al comentar que las estrategias de pequeña y micro escala son normalmente más sustentables, además de permitir a las poblaciones rurales “tomar en su mano su propia situación energética”.
A su juicio, “la pobreza energética va mano a mano con la falta de recursos y de posibilidades económicas”.
“El problema de muchas comunidades que no disponen de electricidad es que se encuentran en zonas aisladas, con viviendas dispersas y difíciles de llegar. Los recursos necesarios para extender la red eléctrica a esas comunidades son demasiado altos y poco factibles. La generación distribuida es la única opción económicamente viable y la más ecológica”, sostuvo.
El presidente de la Asociación Paraguaya de Energías Renovables, Eduardo Viedma, está de acuerdo que la mejor forma de mitigar la deficiencia estructural energética del país es esa generación distribuida o descentralizada.
“Sería un negocio para todos, para el Estado, para los privados y para las comunidades”, aseguró a IPS el representante de la asociación que aglutina a las ocho empresas del sector.
Viedma destacó los numerosos cortes de luz que ocurren tanto las ciudades paraguayas, incluida la capital Asunción, como en pequeños poblados conectados a la red.
“El problema de la distribución eléctrica en Paraguay es grave, porque es de muy mala calidad y con grandes pérdidas hasta llegar a las casas. Estamos hablando de una falta de inversión en la red de distribución de, por lo menos, 20 años”, afirmó.
El país no tiene proyectos consistentes de aprovechamiento de fuentes renovables, están todos aún en etapa piloto o fueron inversiones puntuales para emprendimientos ganaderos, resumió Viedma, cuya asociación promueve localmente esas energías.
“Todavía no tenemos un mapeo energético en el país”, añadió.
El Chaco espera la luz
El Chaco paraguayo, también conocido como Región Occidental, es el más carente de infraestructura en este país de 6,9 millones de personas, incrustado entre Argentina, Bolivia y Brasil, con una densidad que no alcanza a 17 habitantes por kilómetro cuadrado.
Con 60 por ciento del territorio paraguayo, el Chaco acoge solo cinco por ciento de la población y tiene solamente una línea de transmisión de la pública Administración Nacional de Electricidad, que conecta únicamente a cuatro localidades de unos 10.000 habitantes cada una.
“La cobertura es bajísima y las distancias son largas” en esta región con partes semiáridas y otras semihúmedas, dijoViedma.
En 2014, se licitaron proyectos para mejorar la eficiencia energética y generación eléctrica, pero solo para instalaciones estatales en la región, como destacamentos militares.
En octubre, se producirá la primera licitación para un parque solar de 500 kilovatios, que será instalado en un área sin electricidad del municipio chaqueño de Bahía Negra, a 859 kilómetros al norte de Asunción.
Un plan que se aprobó en 2011 pero que solo ahora comenzará a concretarse.
Se trata de reemplazar los generadores a diésel por paneles solares. El costo por kilovatio hora de un sistema fotovoltaico está aquí en torno al equivalente a 0,40 centavos de dólar, mientras el del combustible fósil puede alcanzar un dólar.
“La solar sería una solución ideal. Se pueden poner los paneles en escuelas y hospitales y asegurar que esta provisión de energía sea constante. Este parque va a ser emblemático para el Chaco”, comentó Viedma, que añadió que la instalación debe comenzar en 2017.
También resaltó que la generación distribuida puede ser incluso factible para familias con bajos rendimientos que viven cerca de los centros urbanos paraguayos.
“Hay un cinturón de pobreza ubicado en las periferias. Esta gente vive en condiciones bastante insalubres y accede de forma ilegal a la energía eléctrica”, recordó.
El director de Energías Alternativas del Viceministerio de Minas y Energía, Javier Saldaña, dijo a IPS que el principal reto para la región del Chaco es generar polos de desarrollo que justifiquen el aprovechamiento de recursos energéticos renovables en una área remota y escasamente poblada.
“El potencial renovable del Chaco paraguayo es muy bueno, pero aún se necesita hacer mediciones más específicas. Una alternativa sería la de ofrecer ese potencial a quien esté interesado en explotarlo para proveer de energía eléctrica a la región”, planteó.
Paraguay, recordó, última una nueva Política Energética Nacional (PEN), que comenzó a elaborarse en 2014 y cuya meta es que en 2040 las energías renovables representen 60 por ciento de toda la matriz energética.
La diversificación de la generación eléctrica es una prioridad, reafirmó, aunque “por ahora no hay metas específicas por tipo de fuente” en la PEN “que entraría en vigencia a fines de este año”.
Actualmente, la energía hídrica aporta 99,5 por ciento de la generación eléctrica en el país, gracias a la binacional central hidroeléctrica de Itaipú, que comparte con Brasil, sobre el río Paraná.
Para Saldaña, contar con esa gigantesca fuente, “por un lado es muy favorable, ya que se trata de una fuente limpia y renovable, pero por otro lado, debemos entender que, entre otras cosas, una matriz energética basada en una sola fuente de generación no es para nada sustentable”.
“No tenemos más alternativas que basar la sustentabilidad del sector en fuentes de energía como la solar y la eólica, además de la bioenergía”, arguyó.
Una vez que entre en vigor la PEN, se establecerá el marco regulatorio de la generación distribuida y descentralizada.
“Consideramos de trascendental importancia esta ley. Pretendemos instalar una masa crítica, a través de la cual se pueda medir el aporte de la generación alternativa al Sistema Interconectado Nacional y fortalecer al sector privado, de manera que empiece a ser competitivo”, explicó el responsable del área renovable.
“Nada de esto sería posible sin una normativa que dé ventajas al consumidor y que haga que su inversión represente beneficios a la economía familiar”, subrayó.
Editado por Estrella Gutiérrez