Esta semana, la última de negociaciones y la más política, se espera la presencia de mandatarios y ministros con motivo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad, la COP16.
Por parte de Costa Rica, el ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach, asumirá como jefe de delegación y su prioridad será impulsar la negociación en cuanto a los fondos destinados a la implementación del Marco Mundial Kunming Montreal, según se indica en un comunicado de prensa del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Financiamiento ha sido uno de los temas más entrabados en la primera semana de negociaciones en Cali, Colombia. Hace dos años, los países habían acordado una meta de financiación de 200.000 millones de dólares de aquí a 2030 por parte de los países desarrollados para los países en desarrollo, desembolsados de la siguiente manera: 20.000 millones de aquí a 2025 y 30.000 millones del 2025 al 2030.
Sin embargo, los países están discutiendo sobre si se necesita un nuevo fondo para albergar el dinero de la biodiversidad. A Brasil y la República Democrática del Congo no les gusta que el dinero sea administrado por el Fondo de las Naciones Unidas para el Clima (GEF, por sus siglas en inglés), como se hace ahora. La Unión Europea, Canadá y el Reino Unido no quieren cambiar (Costa Rica también se suma a esta postura).
Colombia parece ser el único interesado en querer avanzar en las conversaciones sobre cómo conseguir nuevos fondos, aportando nuevas ideas sobre la deuda y la reforma financiera.
La agenda tica
Aparte de las negociaciones en sí, Minae aprovechará para presentar la primera evaluación de la actual Estrategia Nacional de Biodiversidad, ejercicio previo que realizó el país para sentar las bases de la actualización que debe presentar al Convenio de Diversidad Biológica (CDB).
“Esta evaluación es única a nivel de Latinoamérica y una de las primeras a nivel global”, se destaca en el comunicado.
Otros temas que lleva la delegación política costarricense son agenda azul, PSA Marino, la plataforma de Match Making de la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas (HAC, por sus siglas en inglés), el distintivo ABS, entre otros.
La agenda pedida
“La imagen verde que los gobiernos de Costa Rica han promocionado en las últimas décadas, con fines comerciales, tanto dentro del país como hacia el exterior con el mensaje de que todo está bien en materia ambiental, lo que construye es un discurso engañoso que invisibilizan las diversas y profundas problemáticas ambientales que sufren día a día muchas comunidades en el país y acrecienta el favorecimiento del modelo de producción destructivo”.
Este texto forma parte del pronunciamiento realizado por organizaciones sociales con motivo de la COP16, lo firman: Maela Costa Rica, Red de Coordinación en Biodiversidad, COECOCEIBA - Amigos de la Tierra, Red de mujeres rurales de Costa Rica, Federación para la Conservación del Ambiente (Fecon), Red de estudiantes de sociología de Latinoamérica y el Caribe, así como el Frente Nacional de Pueblos Indígenas (Frenapi).
Para estas organizaciones, el “2024 es una buena oportunidad para reflexionar y actuar por el clima y la biodiversidad”. Pero, ello requiere un “cambio transformador y urgente”: “Es hora de dejar de hablar en términos de las distintas crisis: biodiversidad, clima, alimentación, desigualdad, y en su lugar hacerles frente como una crisis interconectada, a través de un cambio de sistema total”.
Asimismo, las organizaciones aducen que es “momento de dejar de promover falsas soluciones que le ponen un precio a la naturaleza”.
En este sentido, piden al gobierno costarricense que “se comprometa con acciones reales y vinculantes, que se basen en la justicia ambiental y que reconozcan y respeten los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales”.