Conferencia de los Océanos menciona cambio climático, pero evita hablar de combustibles fósiles

Con la firma de la Declaración de Niza, los países dieron por terminada la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3, por sus siglas en inglés) que tuvo lugar del 9 al 13 de junio de 2025 en la ciudad francesa de Niza.

Esta declaración, rubricada por Costa Rica y otros 50 países, si bien reconoce que los océanos están siendo afectados por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, evita mencionar los combustibles fósiles, los cuales están ligados a las tres problemáticas.

Asimismo, durante UNOC3, Brasil y Francia lanzaron el Blue NDC Challenge, una iniciativa que llama a los países a reducir sus emisiones mediante acciones de “mitigación climática basada en los océanos”. Sin embargo, la mención al petróleo y gas —cuya exploración y explotación se está expandiendo rápidamente en costas y en altamar— está ausente.

Unos 96 países también aprovecharon la UNOC3 para firmar La llamada de atención de Niza para un ambicioso tratado sobre plásticos, una declaración que evidencia el compromiso de los firmantes por acordar un tratado sobre plásticos cuya próxima ronda de negociación está prevista para agosto en Ginebra (Suiza).

Esta declaración esboza los elementos esenciales del tratado, incluidos los límites a la producción, la prohibición de sustancias químicas peligrosas y el establecimiento de un mecanismo financiero específico. Sin embargo, tampoco menciona a los combustibles fósiles.

Avances y deudas

Las conferencias sobre los océanos se crearon para apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible N° 14 (ODS 14), el cual se enfoca en conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.

En esta tercera conferencia se anunciaron más de 2.000 compromisos o iniciativas. Por ejemplo, China anunció que publicará un informe sobre el desarrollo de los océanos para 2027, con nuevas propuestas políticas, y se comprometió a ratificar el tratado de altamar.

Canadá, por su parte, se sumó a la iniciativa de transporte marítimo con cero emisiones para 2050 y comprometió $9 millones para apoyar la capacidad de recuperación de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID).

En cuanto a financiamiento, Alemania se comprometió a aportar 9,95 millones de euros al Fondo de Acción Azul, mientras que la Unión Europea prometió 40 millones de euros para apoyar la ratificación del Tratado de Altamar, un millón de euros para reforzar la interfaz entre ciencia y política, y alrededor de 1.000 millones de euros en más de 50 compromisos voluntarios. En el prólogo de la conferencia también se dio a conocer un nuevo Pacto sobre los Océanos.

Por su parte, el Reino Unido aportó 4 millones de libras al Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral (con lo que su total asciende a 40 millones de libras) y 2,8 millones de libras para apoyar las economías azules de los PEID.

Ahora bien, ni las declaraciones firmadas en el marco de UNOC3 ni los compromisos financieros anunciados son jurídicamente vinculantes, son voluntarios.

Aunque sí se dio un avance en pro de contar con un instrumento jurídicamente vinculante y fue que se incrementó el número de ratificaciones para que el Tratado de Altamar (BBNJ, por sus siglas en inglés) entre en vigor.

Hacer avanzar este tema era uno de los objetivos de los anfitriones de la UNOC3, Francia y Costa Rica. Actualmente se cuentan con 56 ratificaciones de las 60 requeridas y, de conseguirlas, el tratado entrará en vigor 120 días después.

El BBNJ es un acuerdo internacional destinado a reforzar la protección de las aguas internacionales (más allá de las 200 millas náuticas, o sea, 370 kilómetros de la costa). Mediante este tratado se podrán crear zonas marinas protegidas fuera de las jurisdicciones nacionales, por ejemplo, y también se exigirán evaluaciones de impacto ambiental, se regularán los recursos genéticos marinos y se apoyará la creación de capacidades en los países en desarrollo.

Anfitriones inmersos en polémica

Francia y Costa Rica unieron fuerzas para organizar la UNOC3. Sin embargo, ambos países no pudieron rehuir de la polémica.

En el caso de Francia, el martes 10 de junio en pleno desarrollo de la UNOC3, se emitió el especial “Urgence Océan” en la cadena de televisión francesa France 2. En este, las fuentes consultadas por los periodistas adujeron que existe una intromisión de la pesca industrial, particularmente la dedicada al arrastre de fondo, en las políticas de gobierno.

En cuanto a Costa Rica, representantes del Gobierno retiraron la acreditación a tres científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR), por medios no oficiales, lo cual impidió su participación en los espacios políticos. Así lo denunció el Consejo Universitario en una nota fechada el 12 de junio de 2025.

Al respecto, el Consejo Universitario calificó el hecho como un “agravio” por parte de las autoridades gubernamentales y un “claro intento de amordazar y callar” a sus investigadores.

Los investigadores afectados fueron Cindy Fernández García, Jorge Cortés Núñez y Juan José Alvarado Barrientos. Los tres son autoridades científicas pertenecientes al Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar). Actualmente, los tres lideran proyectos de interés nacional e internacional relacionados a restauración de corales y ecosistemas profundos.

De hecho, los estudios aportados por el Cimar —en los que participó Cortés, Fernández y Alvarado— fundamentaron la creación del Área Marina de Manejo Bicentenario que permitió a Costa Rica cumplir con la meta del 30% de protección en territorio marino, uno de los logros expuestos por la delegación costarricense durante la UNOC3.