Unos 250.000 millones de dólares anuales; ese es el monto que un impuesto mínimo global sobre los ultra-ricos (con patrimonios superiores a los 1000 millones de dólares) podría aportar a las necesidades nacionales e internacionales, según un informe encargado por la presidencia brasileña del G20.

El documento —titulado Un plan de acción para un impuesto mínimo coordinado sobre individuos con patrimonios ultra-altos— se publica en la previa de la cumbre que reunirá por tercera vez este año a los ministros de Finanzas del grupo de las 20 economías más fuertes del mundo, el 24 y 25 de julio en Río de Janeiro. Su autor, el economista Gabriel Zucman, fundador y director de EU Tax Observatory, ya había abogado por esta idea en el primero de estos encuentros, que tuvo lugar en febrero pasado, en Sao Paulo.

“Hay cada vez más pruebas de que los sistemas tributarios, en vez de ser progresivos, tienden a ser fuertemente regresivos en los escalones más altos. La explosión de la riqueza extrema es una de las características que definen a la economía mundial. Es evidente. Y el hecho de que estos multimillonarios pagan muy poco en impuestos se ha vuelto cada vez más obvio en los últimos años”, argumentó Zucman a AFP.

“Una propuesta concreta es que los multimillonarios paguen cada año, en impuesto a la renta, el equivalente de al menos 2% de su riqueza. A diferencia de la renta, la riqueza está muy bien definida. En el mundo, hay unas 3000 personas con fortunas de miles de millones de dólares. Eso generaría unos 250.000 millones de dólares en ingresos fiscales adicionales a nivel global”, agregó.

Y completó: “Según las mejores estimaciones que tenemos, los países en desarrollo necesitan unos 500.000 millones de dólares adicionales para enfrentar los desafíos del cambio climático. Así que podemos obtener la mitad de eso con sólo este impuesto mínimo a los multimillonarios”.

Esta idea es la que ahora profundiza con fundamento técnico en el informe. Y el contexto no podría ser más fértil para la conversación: no sólo por las reuniones en Brasil, sino también porque tanto el G7 como otros países (Brasil y Colombia, entre los latinoamericanos) han mostrado indicios de apoyar esta propuesta. 

A ello se suma que 2024 debería culminar con un acuerdo sobre financiamiento climático en las negociaciones de la Cumbre del Clima (COP29) que se celebrará en Bakú, la capital de Azerbaiyán, en noviembre.

Respaldo creciente

La Cumbre de Ministros de Finanzas del G20, en los próximos días, podría ser un indicador de cuán real es el apoyo de los gobiernos al estándar propuesto por Zucman. En tanto, lo que este sí ya parece tener es el respaldo de la opinión pública.

Así lo atestigua una encuesta realizada por Ipsos Mori para Earth4All y Global Commons Alliance en los países del G20 (excepto China), Austria, Suecia, Dinamarca y Kenia. Según sus resultados, en promedio, más de dos tercios de los ciudadanos del mundo apoyan la imposición progresiva de impuestos a los ricos y a las empresas contaminantes para financiar transformaciones en la economía y los estilos de vida, incluso la acción climática. Interesante es notar que, en muchos países, estas políticas cuentan con un visto bueno similar o incluso superior por parte de las personas con ingresos altos.

El apoyo a un impuesto sobre la riqueza es más alto en Indonesia (86%), Turquía (78%), Reino Unido (77%) e India (74%). Si bien Arabia Saudita y Argentina (54% en los dos casos) tienen la tasa de aprobación más baja, esta sigue siendo superior a la mitad de los encuestados. En tanto, en Estados Unidos, Francia y Alemania, alrededor de dos de cada tres apoyan la iniciativa (67%, 67% y 68% respectivamente).

Los resultados también muestran que el 71% de los encuestados cree que el mundo necesita actuar inmediatamente, en el plazo de una década, para reducir las emisiones que producen el cambio climático. Esta cifra se eleva al 91% de los mexicanos, al 83% de los sudafricanos, al 81% de los brasileños y al 80% de los argentinos encuestados. Esta creencia es menor —pero sigue estando por encima de la mitad de los encuestados— en Arabia Saudita (52%), Japón (53%), Estados Unidos (62%) e Italia (62%).

“El mensaje a los políticos no puede ser más claro”, apuntó Owen Gaffney, co-director de Earth4All. “La propuesta del gobierno brasileño de un impuesto sobre el patrimonio cuenta con el firme apoyo de los ciudadanos del G20. Hemos constatado que dos de cada tres personas (68%) en todo el G20 lo apoyan. Los líderes de los países del G20 deberían sentarse y escuchar a sus ciudadanos”, agregó.

“Los resultados de nuestra encuesta ofrecen un mandato claro de parte de los encuestados de todos los países del G20: redistribuir la riqueza. Una mayor igualdad construirá democracias más fuertes para impulsar una transformación justa para un planeta más estable”, dijo.

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