En el marco de AmeriGEO Week 2023, el investigador Edwin Castellanos enfatizó en la necesidad de que Centroamérica no solo realice más investigaciones climáticas, sino también que estas sean publicadas.
Señaló que se requiere financiamiento, tanto de fondos públicos como privados, para llevar a cabo estos estudios. Sin embargo, comentó que en Centroamérica no se invierte lo suficiente en ciencia y se requiere más interés en esta área para desarrollar mejores políticas públicas de adaptación climática.
Edwin Castellanos fue uno de los autores líder del reporte de síntesis del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Formó parte del Grupo de Trabajo II, equipo que desarrolló el capítulo de Centro y Sudamérica, siendo el único de 14 autores que se centró en la región centroamericana.
Durante su conferencia en la Universidad de Costa Rica (UCR), el investigador enfatizó su preocupación por las consecuencias que puede sufrir Centroamérica si se superan los 1,5 °C sobre los niveles preindustriales. Mencionó que, si bien la región es vulnerable frente al cambio climático, también presenta opciones de adaptación.
Usted se encargó de la parte centroamericana en el reporte del IPCC. ¿Qué falta por investigar? ¿Dónde están los principales vacíos de conocimiento?
—No necesariamente es que no haya suficiente investigación. Muchas veces ocurre que sí está la investigación, pero esta no se publica en los canales adecuados. Entonces, no es tanto que no se esté haciendo, es que no se está registrando.
En general, las acciones de adaptación que se están implementando no siempre quedan registradas en documentos para saber si funcionaron o no. En ese sentido, no estamos teniendo un proceso de aprendizaje.
En cuanto a los vacíos, no tenemos suficiente investigación para entender cómo funciona el clima de Centroamérica, que es bastante complejo y falta mucho todavía por entender. Desafortunadamente, en la región hay muy poca investigación en climatología, solamente tenemos la de la UCR.
¿Cómo se puede aumentar la literatura científica? ¿Qué estrategias propone para fomentar una mayor investigación y producción de conocimiento sobre el cambio climático en Centroamérica?
—Por un lado, necesitamos que haya más inversión, porque al final de cuentas la investigación responde a la disponibilidad de esos fondos. El acceder a esos fondos también requiere de tener una capacidad de gobierno apropiada para escribir las propuestas, para poder negociar estas propuestas y obtener los fondos.
El instituto donde trabajo, que se llama Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global, fue creado precisamente para ayudar y fomentar la colaboración entre países.
¿En qué hemos avanzado en Centroamérica que podría ayudar a otras regiones del planeta?
—Creo que la experiencia de cómo integrar conocimientos indígenas y conocimientos de comunidades locales en procesos de adaptación al cambio climático. Tenemos una región que es bastante rica en conocimientos locales e indígenas, entonces, en la medida en que podamos integrar esos conocimientos y unirlos con conocimientos académicos de universidades, tendremos mejores soluciones.
¿Qué obstáculos considera que han limitado la producción de investigaciones y publicaciones en esta área?
—No se invierte lo suficiente en ciencia, nuestros países realmente invierten muy poco y se debería fortalecer más el trabajo científico. La información climática de los países proviene de los institutos meteorológicos y, en la mayoría de nuestros países, los institutos meteorológicos son unidades muy pequeñas, con muy poco personal. Eso tiene que cambiar.
¿Cómo cree que la falta de datos y estudios afecta nuestra comprensión del impacto del cambio climático en la región?
—Afecta en que no podemos fácilmente probar que el impacto que estamos observando es derivado del cambio climático. Existen fondos a nivel mundial para apoyar a los países a atacar los problemas del cambio climático; pero, para acceder a esos fondos, uno tiene que demostrar que lo que uno está sufriendo es resultado del cambio climático y no de la variabilidad natural del clima. La única forma de saber que el clima está cambiando es tener suficiente información histórica.
Entonces, esa falta de datos y estudios nos afecta en que no sabemos si lo que está pasando es todavía normal o si ya estamos siendo impactados fuertemente por el cambio climático.
¿Qué oportunidades ve para involucrar a las comunidades locales y a los gobiernos en la generación de datos y estudios?
—La adaptación al cambio climático debe ocurrir desde abajo para arriba, pero también complementado con una intervención de arriba para abajo. Me refiero a que, cuando se habla de adaptación, tenemos que tener un gobierno que esté coordinando el proceso, que sería de arriba para abajo, hablando de gobierno hacia comunidades. Pero, a final de cuentas, la adaptación también debe ocurrir de abajo para arriba, es decir, debe de trabajarse desde las comunidades.
Las comunidades son las que saben cuáles son los problemas que están viviendo en el día a día. Un agricultor toda su vida ha vivido tratando de adaptarse a la variabilidad de la lluvia, entonces, ha aprendido ciertas cosas que pueden ser útiles. Eso es lo que se le llama el conocimiento local, que también está presente en comunidades indígenas.
¿Qué oportunidades únicas ofrece Centroamérica en términos de investigación sobre cambio climático, considerando su diversidad geográfica y ecosistémica?
—El clima en Centroamérica es complejo, hay muchas variables; entonces, en la medida en que entendamos cómo funciona ese clima, eso ayuda a entender también cómo funcionan los sistemas climáticos en otras partes del mundo.
Centroamérica, desafortunadamente, es una región con alta vulnerabilidad a los temas climáticos. Pero, hasta cierto punto, eso presenta oportunidades también, porque se pueden hacer proyectos de apoyo a estas comunidades, especialmente las más necesitadas. Nuestra región presenta oportunidades de probar cosas nuevas por así decirlo, pero es importante evaluar esas intervenciones.
¿De qué manera podrían los resultados de investigaciones más sólidas influir en la construcción de resiliencia climática y sostenibilidad en la región?
—Aquí lo que se necesita es que exista un mayor acercamiento entre científicos y políticos. Muchas veces, especialmente en nuestros países centroamericanos, no hay una tradición de que los Gobiernos vayan y conversen con los científicos. No hay una tradición de que exista, por ejemplo, la figura de un asesor científico para el ministro o para el presidente, en otros países desarrollados es lo más común.
Tenemos que promover mucho más esa relación entre científicos y tomadores de decisión, convencer o mostrarle a los Gobiernos que la ciencia sí les puede ayudar a tomar mejores decisiones, porque en esa medida la gente que está en el Gobierno va a acercarse más a los científicos para pedirles información para hacer mejores políticas públicas.