La rapidez con que el huracán Beryl se intensificó hasta convertirse en un ciclón de categoría 5, así como lo inusualmente pronto que se formó en el año, se explica a partir de las temperaturas oceánicas excepcionalmente altas del Atlántico. Y, detrás de estas, yace el cambio climático.
“Las intensas precipitaciones y los vientos huracanados que provocaron una destrucción masiva en las islas del Caribe se hicieron hasta un 30% más intensos debido al cambio climático inducido por el hombre”, se lee en el análisis realizado por los científicos de ClimaMeter.
Beryl no sólo es el primer huracán mayor de la temporada 2024 sino que también fue el huracán más fuerte que se ha formado en el Caribe en esta época del año desde 1850.
“Este temprano desarrollo es notable, ya que se produjo en una región típicamente no propicia para tales huracanes de principios de temporada”, señalaron los científicos y agregaron: “Observamos que no existen análogos de este acontecimiento en los meses de julio, ni en el pasado ni en la actualidad”.
Para analizar los impulsores de este evento extremo, los científicos realizaron un rápido análisis utilizando una metodología basada en información meteorológica histórica de los últimos 40 años. De esta manera, los investigadores compararon cómo eran los sistemas de baja presión similares al que causó Beryl a finales del siglo XX (1979-2001) y cómo son ahora, en las últimas décadas (2002-2023), cuando el efecto del cambio climático se ha hecho más evidente. También evaluaron la contribución de distintos fenómenos naturales, como El Niño.
Así fue como descubrieron que las tormentas similares al huracán Beryl traen hoy hasta 30 mm más de lluvia al día (lo que equivale a un aumento del 30%) y sus vientos asociados son hasta 9 km/h (aproximadamente un 10%) más fuertes, en comparación con cómo eran en el pasado.
Por su parte, El Niño no parece haber desempeñado ningún papel, pero la variabilidad natural de otros fenómenos naturales como la Oscilación Decadal del Pacífico y la Oscilación Multidecenal del Atlántico pueden haber influido, junto con el cambio climático.
“El aumento de las precipitaciones y de la velocidad del viento de este tipo de fenómenos se ha intensificado considerablemente debido al cambio climático provocado por el hombre. Esto significa que, si bien es posible que veamos episodios similares con la misma frecuencia, su intensidad será mayor, lo que tendrá consecuencias catastróficas para las vulnerables islas del Caribe”, comentó Tommaso Alberti, uno de los autores del estudio.
“Estos fenómenos meteorológicos extremos, unidos a la subida del nivel del mar, exigen medidas urgentes para afrontar y prepararse para una mayor mortandad de estos fenómenos en un clima que se calienta”, continuó.
La huella de Beryl
El ciclón empezó a formarse a finales de junio cerca de Venezuela, donde dejó tres muertos y cuatro desaparecidos en el estado costero de Sucre, y tocó tierra en la isla de Carriacou, el 2 de julio, como un huracán de categoría 4. Granada recibió el impacto director de la “extremadamente peligrosa pared del ojo del huracán”, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
“En media hora, Carriacou fue devastada”, dijo el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, en conferencia de prensa. Mitchell declaró que Carriacou quedó casi aislada, con casas destrozadas, así como instalaciones de telecomunicaciones y combustible arrasadas tras el paso del huracán, que además provocó tres muertes.
Islas cercanas como San Vicente y las Granadinas también experimentaron “vientos catastróficos y marejadas ciclónicas potencialmente mortales”, según NHC. Allí ocurrió la muerte de una persona en la isla de Bequia.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, declaró que “90% de las casas quedaron destruidas en la isla de Unión” y advirtió que la reconstrucción iba suponer un “esfuerzo hercúleo”.
El 3 de julio, Beryl azotó la costa sur de Jamaica con vientos máximos sostenidos de 220 km/h, según NHC. Su paso por esta isla dejó a más de 400.000 habitantes sin electricidad.
“El huracán dejó a cientos de miles de residentes sin energía eléctrica y causó grandes daños, magnificando las disparidades socioeconómicas en estas vulnerables comunidades caribeñas, que tienen una responsabilidad limitada en las emisiones históricas de gases de efecto invernadero”, manifestó Davide Faranda, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS, por sus siglas en inglés) y autor del análisis de ClimaMeter.
El huracán, ya debilitado a categoría 3, siguió avanzando hacia península de Yucatán, en el sureste de México. Tocó tierra el pasado viernes, 5 de julio, en la Rivera Maya como un huracán de categoría 2, con vientos de 175 km/h y picos de 220 km/h, según informó el Servicio Meteorológico de México.
El 8 de julio, Beryl siguió su camino hacia Texas, Estados Unidos, donde tomó fuerza para entrar nuevamente como huracán de categoría 1. Según NHC, Beryl llevaba vientos de 120 km/h.
Aparte de lluvias, inundaciones y destrozos en varios sectores del sureste de Texas, incluyendo el área de Houston, el paso del huracán propició el fallecimiento de una persona debido a la caída de un árbol.
Según la trayectoria prevista por NHC, el centro de Beryl se desplazará hacia el este de Texas para luego avanzar por el valle de Mississippi hacia Ohio, donde llegaría martes o miércoles.
“Se espera un debilitamiento entre constante y rápido a medida que el centro se desplace hacia el interior, y se espera que Beryl se debilite hasta convertirse en tormenta tropical más tarde este lunes y a depresión tropical el martes”, informó NHC.
Una temporada muy activa
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronosticó una temporada de huracanes extraordinaria en este 2024, con la posibilidad de entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.
NOAA mencionó las temperaturas cálidas del océano Atlántico y las condiciones relacionadas con La Niña como las probables causas del aumento de las tormentas.
“El cambio climático está llevando las catástrofes a niveles de destrucción sin precedentes”, dijo Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), quien es originario de Granada y tiene familia en la isla de Carriacou.
“Los desastres a una escala que solía ser propia de la ciencia ficción se están convirtiendo en hechos meteorológicos, y la crisis climática es la principal culpable”, continuó.
Por su parte, Faranda aprovechó para hacer un llamado a la toma de “medidas urgentes de adaptación y mitigación, ya que se prevé que la intensificación de los huracanes, unida a la subida del nivel del mar, exacerbe la gravedad y frecuencia de tales desastres en un clima cada vez más cálido”.