Para finales del 2022, el Grupo ICE –que incluye a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL)– planea haber instalado 600.000 medidores eléctricos inteligentes como parte de la Estrategia Nacional de Redes Inteligentes, la cual fue formulada por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) con ayuda de distintas organizaciones.
A julio de este año, y según Grupo ICE, el 45% del total de servicios funcionan con un medidor inteligente. La meta es sustituir el 100% de los aparatos actuales por esta nueva tecnología al año 2028, según se lee en la estrategia de redes inteligentes.
Estos medidores son conocidos como Advanced Metering Infrastructure (AMI) y funcionan tanto para uso comercial como para uso doméstico. Además, permiten mejorar la eficiencia energética de los hogares y, de esta manera, buscar un consumo responsable de electricidad.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el Informe nacional de monitoreo de la eficiencia energética de Costa Rica, la estructura social y la composición de los hogares repercute de manera directa en el consumo eléctrico. En el país, donde se tiene una alta tasa de electrificación (superior al 95%), el sector residencial es uno de los mayores consumidores de electricidad junto con el sector terciario, el cual incluye a los comercios, las empresas privadas e instituciones públicas. Aunque el mayor consumidor sigue siendo el sector industrial.
“El medidor inteligente le puede servir al usuario en temas de eficiencia energética, así que –al mejorar los hábitos de consumo– puede tener una reducción en el pago, pero a nivel país se contribuye a una reducción en el consumo energético nacional”, comentó Gustavo Valverde, quien es el coordinador del Laboratorio de Investigación en Potencia y Energía de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Medidores inteligentes
Según Valverde, los AMI son dispositivos electrónicos que permiten capturar mucha más información que los medidores convencionales. Estos se comunican en doble vía, ya que pueden enviar información al usuario y también a la empresa eléctrica.
Los medidores convencionales, por el contrario, funcionan por medio de un disco que gira y así se realiza la medición. Sin embargo, el problema es que ofrecen una estimación y no un dato exacto. En cambio, los AMI son mucho más precisos y ofrecen la posibilidad de una lectura remota de datos, disminuyendo la posibilidad de que ocurran errores.
Asimismo, los AMI pueden realizar mediciones cada hora y no a final de mes, como los medidores actuales. De esta manera, se puede tener un monitoreo más detallado de las redes, ya que aumentan los tiempos de medición. Las empresas distribuidoras pueden evaluar el consumo durante “hora pico” en distintas zonas geográficas, pudiendo con ello realizar comparaciones más exactas entre ellas.
“La idea es que, con los AMI, se incremente las frecuencias de medición, para así tener datos más exactos sin desplazar personal. El equivalente en la tecnología tradicional es muy caro en términos de emisiones de carbono y también en lo monetario”, dijo César Roque, director de sostenibilidad eléctrica del Grupo ICE.
Recientemente, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) publicó un reporte que indica que Costa Rica presentó deficiencias en su continuidad eléctrica durante el periodo 2013-2021. Valverde considera que los AMI van a ayudar a mejorar los índices de continuidad del servicio eléctrico, esto debido a que la información llegará mucho más rápido a los servidores y permitirá a las distribuidoras actuar con mayor velocidad frente a las averías.
También, el experto de la UCR cree que el monitoreo de calidad, por parte de estos medidores inteligentes, ayudará a mejorar la tensión eléctrica. Esto debido a que los AMI permiten una mejor supervisión, con tiempos de respuesta más cortos, los cuales mejoran la eficiencia operativa de las empresas eléctricas.
Aporte a la descarbonización
Si bien el 99% de la electricidad costarricense es generada mediante fuentes renovables como el agua, el sol y el viento, los AMI también pueden contribuir a la descarbonización del país.
En Costa Rica, la mayor parte de la electricidad se produce en plantas hidroeléctricas. Sin embargo, en períodos de alto consumo o cuando se han tenido pocas lluvias, se debe recurrir a los hidrocarburos para satisfacer la demanda de la población.
Para Valverde, los AMI –al ofrecer el perfil de consumo de los usuarios– brinda la posibilidad de promover mejores hábitos. De esta forma, si las personas se dieran cuenta dónde se encuentran sus picos de consumo, podrían reducirlos durante la estación seca (enero-abril) y así evitar que las plantas térmicas entren en operación.
En este sentido, a los usuarios –sean residenciales o comerciales– se les brinda la posibilidad de conectar el medidor inteligente a distintas plataformas en sus celulares, esto por medio del sistema Meter Data Management (MDM). El acceso a la información le permitirá tomar decisiones de uso e incluso podría abaratar la factura eléctrica.
“Otra ventaja que ofrece al cliente es que el AMI no solo mide el consumo de energía, sino que también otro tipo de variables. Una de ellas es definir el perfil de demanda del cliente, esto permite ver cómo el cliente hizo uso de la electricidad. Esta es una información que el cliente podría pedir a la empresa eléctrica con el objetivo de analizar oportunidades de eficiencia energética o pasarse a una tarifa horaria o a una tarifa prepago. El AMI ofrece incluso la posibilidad de que sea configurado para que funcione y registre con base en cualquiera de las tarifas que el cliente solicite, ya sea plana, horaria o prepago”, explicó Valverde.
En cuanto a los operadores, las ventajas son notables, ya que los AMI, a pesar de ser costosos, son una inversión a futuro porque permite mejorar la recaudación y gestionar las pérdidas.
El hecho de que sean digitales, por ejemplo, da la opción de controlar y monitorear los hogares o comercios desde los servidores mismos, permitiendo bajar los costos de los viajes que realizaban los técnicos para realizar las mediciones.
Las compañías eléctricas, gracias a los AMI, podrán obtener los datos de consumo de cada hogar o comercio, ayudándolos a entender sus patrones de consumo. Igualmente, estos datos permitirán a los operadores realizar proyecciones y así podrán mejorar la operatividad de las redes eléctricas a nivel nacional.
Estos medidores inteligentes también alertan a las compañías cuando alguna persona está tratando de manipular los dispositivos, lo cual reduce la cantidad de pérdidas no técnicas o pérdidas por hurto. La solución a este problema, a su vez, le generará ahorros económicos a las compañías.
Una ventaja para usuarios y operadores, según Valverde, es la notificación de averías. Con los actuales medidores es necesario que las personas reporten las averías. Con los medidores inteligentes, eso no será necesario, ya que se pueden identificar de forma remota con gran rapidez.
Los dispositivos están constantemente midiendo el consumo o la calidad de energía, así que en caso de que hubiese un problema con la tensión, los AMI lo registran. Esto permitiría mejorar la calidad de la electricidad recibida por el usuario.
La otra actividad que podrá descarbonizarse, gracias a los AMI, son los viajes por parte de los técnicos, ya que estos se realizan en vehículos que muchas veces utilizan gasolina o diésel, contribuyendo con ello a la huella de carbono del país.
La lectura remota de los datos, apuntó Roque, implica que la desconexión y reconexión del servicio eléctrico pueda realizarse de manera inmediata y directa desde la empresa distribuidora, por lo que ya no sería necesario que los técnicos se desplacen a los hogares o comercios.
“El aporte más fuerte a la descarbonización es precisamente la “inteligencia”, que nos permite una operación más eficiente de las redes eléctricas y un despacho más verde, al utilizar sobre todo energías renovables”, destacó Roque.