En medio de los pasillos de la 28va Conferencia del Clima (COP28), un “pura vida” irremediablemente hace que los costarricenses vuelvan a ver en busca de ese compatriota que yace inmerso en el tumulto de nacionalidades, idiomas y acentos que puede ser una cumbre.
Y así fue, como en medio de una calle en la Zona Verde (área exhibición abierta a todo público), conocí a Valeria Guevara (17 años), Ana Rita Hernández (18 años) y William Andrés Mejía (17 años), estudiantes del Colegio Humanístico Costarricense Campus Nicoya.
¿Qué los motivó a cruzar medio mundo para venir a Emiratos Árabes Unidos a una cumbre del clima?
GUEVARA: “El colegio nos incentiva mucho a que tengamos como la iniciativa y la criticidad suficiente para afrontar este tipo de temas. Entonces, desde que entramos al colegio, estamos muy motivados en ser agentes de cambio, y más en Costa Rica, donde no todo el mundo tiene conciencia ambiental y es un poquito difícil hablar de problemas climáticos”.
HERNÁNDEZ: “Además, aquí tenemos la posibilidad de romper toda esa frontera de conocimiento que existe. Somos las primeras personas de Costa Rica que se unen al equipo de Decarbonize, no sólo venimos en representación de un colegio sino de una nación. Nosotros tenemos 17 y 18 años, y estamos aquí sumando nuestra voz en una conferencia de Naciones Unidas sobre el clima”.
¿Qué es Decarbonize?
MEJÍA: “Es una organización de jóvenes líderes en el cambio climático, que básicamente lo que intenta hacer es incentivar a los jóvenes a alzar sus voces; porque -normalmente al ser personas tan jóvenes- la gente piensa que no tenemos experiencia, no tenemos conocimiento acerca de estos temas y por lo cual llegan hasta el punto de no escucharnos. Pero aquí se nos incentiva a alzar nuestras voces, a hablar sobre el tema y a mostrarnos al público y demostrar que nosotros tenemos el conocimiento y la experiencia también para llegar a hablar sobre esto y hacer un cambio”.
¿Han compartido con otros jóvenes de otras partes del mundo? ¿Qué elementos tienen en común, en qué se diferencian?
HERNÁNDEZ: “Si no me equivoco, hay alrededor de más de 30 países diferentes que participan en esta organización y es súper enriquecedor la experiencia de cómo sí hay tantas diferencias, tantos continentes distintos, tantos lenguajes diferentes; sin embargo, podemos llegar a tener en común esa comunicación. Todos queremos comunicarnos y todos estamos luchando por la misma causa que es el ambiente y el cambio climático”.
¿Han hablado del futuro?
GUEVARA: “Por eso estamos aquí, porque estamos muy preocupados por nuestro futuro. Estamos hablando de temas sobre cambio climático para poder llevar todas estas ideas y todas estas diferentes opiniones o puntos de vista a Costa Rica y así afrontar los problemas que vivimos con una nueva perspectiva. Nosotros somos tres, pero podríamos llegar a compartir con la gente de Nicoya cosas de agricultura y ganadería: cómo se ven afectadas las plantaciones, cómo podríamos hacerlas más sostenibles… Podríamos llevar todas estas ideas geniales a Costa Rica e intentar que el país se vuelva más verde. Entonces, en nuestro futuro, generacionalmente, si seguimos con esta iniciativa de cambiarlo, de mejorarlo, va a ser muy brillante”.
¿Qué característica de Nicoya podría compartirse para ayudar en esta conversación mundial que estamos teniendo sobre cambio climático?
MEJÍA: “Lo más importante que yo he visto en Nicoya son sus personas, que normalmente son muy amables. Tienen esa amabilidad y ese sentimiento por ayudar a las personas que se encuentran en algunas situaciones difíciles.Sobre todo, en este momento, esa característica es importante compartirla, debido al tipo de problemas que estamos afrontando ahora mismo con el cambio climático. De las cosas más importantes que tendríamos que hacer es trabajar todos juntos, en equipo, para afrontar el problema”.
Nicoya es reconocida como una Zona Azul y su clave ha sido ese equilibrio entre medio ambiente y buen vivir.
GUEVARA: “Si nosotros nos basamos en las experiencias de nuestros abuelos, por lo menos los míos, tenían formas de vida muy sustentables, muy amigables con el ambiente. Pero hasta cierto punto, se industrializaron esas ideas, se volvieron un poco invasivas con el ambiente, entonces la agricultura y la ganadería empezaron a dañarlo. Entonces, en Nicoya ya no podemos ver tantas zonas verdes como antes, no hay tantos espacios donde se vea que la naturaleza está siendo protegida, sino que ahora se ve un poquito el retroceso.
”Si pudiéramos volver a esas prácticas sostenibles que nuestros abuelos de la Zona Azul tienen, sería perfecto. Podríamos recuperar zonas de Nicoya, podríamos integrar algunas prácticas más modernas a la agricultura o la ganadería”.
Si se encontraran con el ministro de Ambiente y Energía, aquí en la COP28, ¿qué le dirían?
HERNÁNDEZ: “Probablemente le diría que realmente nos enfoquemos en lo que importa, que es cuidar la naturaleza. Dejar de lado el conseguir dinero y todo este tipo de cosas. Si no que de verdad le queramos dejar algo al planeta, que de verdad queramos que haya esa preservación de la naturaleza”.
GUEVARA: “Le diría que tenemos que tomar en cuenta que Costa Rica ya tiene muchas ideas demasiado buenas en cuanto a al cambio climático y cómo afrontarlo. Sin embargo, tenemos que tomar realmente acciones concretas que nos lleven a un cambio, porque hay muchas ideas espontáneas, muy fuertes en diferentes partes, pero son como ideas sueltas. Tenemos que hacerlas concretas y realmente llegar a un punto en el que ese instante se vuelva para siempre. Entonces ocupamos generar estos pensamientos que de verdad duren”.
MEJÍA: “Creo que también sería muy importante tomar en cuenta más las opiniones de otras personas, como nosotros los jóvenes. Nosotros como jóvenes y otras personas también, que normalmente pueden no ser escuchadas, tienen ideas muy importantes para afrontar el cambio climático”.
Ojo al Clima se encuentra en la COP28 gracias al proyecto COMUNIDAD PLANETA EN LA COP, liderado por Periodistas por el Planeta (PxP).