Cuando Costa Rica se ofreció para ser el anfitrión de la PreCOP25, esperaba unas 700 personas. Hoy hay 1.200 personas inscritas para esta cumbre climática, aunque 1.500 solicitaron participar.
Según el Ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, la respuesta de la comunidad internacional ha sido “abrumadora” y ha significado un peso logístico importante para el país. No obstante, según dice, fue “una decisión atinada”.
De acuerdo con él, esta cumbre sobre cambio climático será el evento ambiental más grande que Costa Rica haya albergado y será, “sin dudas, la PreCOP que mayor protagonismo ha tenido”, debido a la participación de más de 30 ministros de todo el mundo.
La PreCOP es el último evento de negociaciones sobre cambio climático antes de la sesión definitiva en la Conferencia de las Partes (COP). Ahí, los países definen cómo reducir las emisiones del planeta y, así, contener el calentamiento global.
En enero de este año, Costa Rica y Chile acordaron organizar las negociaciones mundiales de cambio climático. Brasil, quien iba a ser el país anfitrión, retiró su candidatura en último momento luego de la elección de Jair Bolsonaro como presidente.
Con la PreCOP bajo su control por primera vez, Costa Rica decidió cambiar el enfoque de la cumbre. Según Rodríguez, el foco no será negociar temas previos a la COP, sino hablar de cómo tomar acciones para reducir emisiones.
Él admite que, al principio, este cambio les generó dudas pero, según asegura, la respuesta de la comunidad internacional ha sido positiva.
Ojo al Clima habló con Rodríguez el pasado 4 de octubre sobre la PreCOP, sus expectativas de esta cumbre y sobre la COP en Chile, donde Costa Rica ostentará una “co-presidencia informal”.
El Gobierno ha venido anunciando que esta será una PreCOP “no convencional”. ¿Qué significa eso? ¿Qué la hace distinta?
—Históricamente, las PreCOP se enfocan en los procesos de negociación previos a la COP. En muchas ocasiones estamos a las puertas de la COP con temas políticos inconclusos. La PreCOP sirve para terminar esos procesos.
A partir de que prácticamente hay un acuerdo sobre reducir emisiones en el mundo, tomamos la decisión de hacer una PreCOP diferente. No vemos oportuno que sea una más de estas reuniones de negociadores.
Por el contrario, dado el nivel de urgencia en avanzar con la implementación de los compromisos para reducir emisiones, tomamos la decisión de que la PreCOP se concentre en eso: la implementación de acciones.
¿No se va a negociar, entonces?
—Va a haber un espacio, por supuesto. Pero no va a ser el tema principal. La idea nuestra es que nos concentremos en compartir ideas de qué está funcionando y qué no está funcionando en la implementación de los compromisos.
¿Por qué es Costa Rica el que decide cambiar el enfoque de la cumbre?
—Porque Costa Rica tiene un sentido de responsabilidad muy claro. Costa Rica ya tiene un plan de descarbonización, que es lo que el resto de los países tienen que hacer como siguiente paso. Es un plan tremendamente ambicioso: ser carbono neutral para el 2050.
Todos los países del mundo tienen que ser así de ambiciosos. Si Costa Rica tiene la responsabilidad de dirigir la PreCOP, ese es el contexto que hemos propuesto. La respuesta ha sido abrumadora.
¿En qué sentido ha sido una respuesta abrumadora?
—En el sentido de que el interés de participar desborda las capacidades que tenemos para poder albergar tanta gente. El interés político es tremendo. Vamos a tener una gran cantidad de ministros europeos. Creo que la decisión nuestra ha sido muy atinada.
Vienen todos los ministros de Centroamérica, la ministra de Chile, de Colombia, Ecuador. Vienen ministros de Dinamarca, Italia, España, Noruega, Inglaterra.
El interés de participar desborda las capacidades que tenemos para poder albergar tanta gente.
¿Cuando plantearon esta nueva propuesta les generó dudas?
—Por supuesto. Pero creo que desde el principio fuimos muy firmes en la propuesta que queríamos. Eso sin duda se ha traducido en una participación tremendamente alta y con un nivel que sobrepasa las expectativas que teníamos.
Esta propuesta de una visión diferente también nos ayudó a financiar. La hemos financiado casi totalmente con cooperación internacional. Por supuesto que Costa Rica tuvo que correr con algunos costos básicos pero el 90 o 95% de los costos se han logrado a través de esa confianza que generamos.
¿Qué podemos esperar de la PreCOP? ¿Vamos a ver compromisos de los países?
—La PreCOP no es un órgano de decisión formal, pero es una instancia tremendamente importante para que los temas puedan posicionarse. En ese sentido, nos concentramos en tres áreas temáticas: soluciones basadas en naturaleza, océanos y ciudades sostenibles.
Eso hace que temas que tienen un perfil relativamente bajo en las negociaciones regulares puedan subir su perfil.
Es importante aclarar que, por el hecho de organizar, es Costa Rica quien propone los contenidos. Los contenidos que proponemos son el reflejo de nuestros temas prioritarios. Son temas que, en gran medida, Latinoamérica comparte y han sido de segundo nivel.
¿Como cuáles?
—Como el tema de bosques, la deforestación, el rol de áreas protegidas, la gobernanza de los océanos. Todos los países tenemos sistemas de gobernanza en la parte terrestre y muy poco en la parte marina. Si no avanzamos con eso los océanos van a ser parte del problema y no la solución.
Una de las cosas que usted mencionó es que la respuesta fue abrumadora. Ustedes esperaban alrededor de 700 personas y ya van por 1.200 inscritas. ¿Eso es un peso logístico? ¿Estamos preparados?
—A nivel de logística es abrumador. En estos momentos tenemos solicitudes de 1.500 personas y la capacidad del Centro de Convenciones es de 1.200. Desgraciadamente tenemos que discriminar en la participación porque no hay suficiente espacio físico.
Sin duda nos sentimos contentos de que la acogida sea tan abrumadora pero, sin duda, tenemos que ser estratégicos. Esto es uno de los eventos más grandes que se han organizado en Costa Rica y esta es, sin duda, la PreCOP que mayor protagonismo ha tenido.
¿Usted diría que, en Costa Rica, es el evento ambiental más grande que hemos organizado?
—Pues sí. Es sin duda uno de los más grandes. En 1997 tuvimos la Conferencia de la Convención de Ramsar, que tiene que ver con humedales y especies migratorias. Tuvimos el primer Congreso de la Naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en 1988.
Yo ayudé en ese congreso. Vinieron 350 personas y no teníamos dónde ubicarlas. No habían hoteles para 350 personas en San José. Hoy, posiblemente, hay hoteles que puedan albergar esa cantidad de gente sin problema.
El reto logístico de la PreCOP también es, sin duda, muy grande; pero a como pinta todo va a salir muy bien.
Nunca había venido a una PreCOP un ministro que no fuera del país anfitrión. Ahora vienen 30. ¿Cómo se consiguió eso? ¿Ustedes los buscaron?
—Es interesante porque yo recibo una crítica por viajar. La gente cree que uno viaja a pasear. Pero la estrategia en esta administración ha sido pasar de la segunda división a la primera división.
Yo he ido construyendo relaciones personales tanto con cada uno de los ministros europeos como con los de los países de África y América Latina. Ya tengo una relación directa y sin intermediarios con los ministros europeos. Eso se traduce en esta asistencia. Somos un país de interés.
A mí me da mucho pesar que tengamos esta mentalidad subdesarrollada de que un ministro viajando anda paseando. No podemos aislarnos del mundo. Más aún si hablamos de problemas globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Para usted, ¿qué tendría que pasar para tener un resultado exitoso de esta PreCOP?
—Bueno, una cosa importante sería poder consolidar la Coalición de Alto Nivel por la Naturaleza. Queremos hacer una coalición de países con alta ambición para la preservación de la naturaleza.
¿Cómo explicaría esta coalición?
—Antes de firmar el Acuerdo de París se formó una coalición de países con alta ambición. Esa coalición ayudó fuertemente a que los países asumieran los compromisos que hoy tenemos. Hoy tenemos la necesidad de crear una coalición por la naturaleza.
No es solo un tema de clima, sino que tiene que ver con varios tratados internacionales. Invertir en restaurar la naturaleza nos va a ayudar a cumplir las tres convenciones: desertificación, cambio climático y biodiversidad. Desde una convención, queremos tener un impacto en las tres. Eso nunca se ha hecho.
¿Cómo planean tener ese impacto?
—Hoy, siendo la inversión en naturaleza un 30% de la solución al cambio climático, solo le asignamos el 3% de los fondos globales. Deberían ser el 30%. Uno de los objetivos es posicionar eso.
Uno de los compromisos de la convención de cambio climático es movilizar $100 mil millones para reducir emisiones. Por lo tanto, $30 mil millones tienen que estar en naturaleza. Es decir, parques nacionales, corredores biológicos, manglares, etc.
¿Tienen ya países interesados?
—Una gran cantidad.
¿Como cuántos?
—Tenemos unos 15 países interesados, posiblemente vayan a ser 25. Esta es una coalición que se inicia ahora pero no se limita a los países que la inician. Está abierta a los países, organizaciones, empresas y movimientos sociales.
¿Se busca que sean miembros de todo el mundo o de la región?
—Nosotros no tenemos, en este momento, ningún criterio para excluir países. Todo país es bienvenido. Los países son conscientes de que el objetivo es ir hacia esa restauración de la naturaleza.
Costa Rica tiene la oportunidad de posicionar temas en esta conferencia. Centroamérica es una región muy vulnerable al cambio climático, por lo que la adaptación es un tema vital. ¿Se pueden esperar acciones en nombre de la región?
—El tema regional lo manejamos a través de los organismos regionales, la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo. Ahí hemos discutido para volver a tener una posición política regional. En los últimos años hemos venido a menos en participar como región.
La PreCOP nos da esa oportunidad de posicionar en bloque los temas que nos importan. Sin duda uno de esos es el tema de la adaptación. Somos muy vulnerables porque, en la mayoría de la región, la deforestación sigue siendo muy alta. De ahí la necesidad de posicionar las soluciones basadas en naturaleza.
¿Ese es el tema de Centroamérica?
—El tema de Centroamérica no es invertir en cambiar la matriz energética sino invertir fuertemente en adaptación al cambio climático. Si los países del mundo no ven las soluciones basadas en naturaleza como una prioridad no van a invertir en eso.
¿Entonces atraer recursos será un tema central para el éxito de la cumbre?
—Otra tarea importante que tenemos es aumentar el entendimiento de cómo vamos a movilizar recursos. Eso no es simplemente que los países industrializados paguen todo el costo de los países en vías de desarrollo. Todos tenemos que entender que es de nuestro propio beneficio movilizar recursos domésticos.
Por ejemplo, Costa Rica logró casi 100% de energías renovables. Pero eso no vino de la cooperación. No vino del Fondo Verde. Eso se hizo del esfuerzo del país. Nosotros probamos que sí se puede desarrollar mecanismos financieros para dejar de depender de combustibles fósiles.
Todos tenemos que entender que es de nuestro propio beneficio movilizar recursos domésticos (para conservación).
¿Es una experiencia importante?
—Claro. Costa Rica tiene cómo compartir una experiencia muy importante en movilización de recursos porque no condicionamos el movernos hacia energías limpias a que los países del norte nos paguen esa inversión.
Igual en el sector forestal. Ahí hemos invertido más de $400 millones a través de mecanismos que Costa Rica desarrolló para poder hacer las inversiones con nuestros recursos. Eso no lo ha hecho ningún país tropical en el mundo.
¿Se está dependiendo mucho de la cooperación en América Latina?
—Sí. En la región se depende muchísimo de los países desarrollados. Ahí es donde tenemos que tener esta conversación y esa es la urgencia de que esto inicie en esta PreCOP. Los países en vías de desarrollo tienen que ir avanzando en mover financiamiento doméstico.
La cooperación internacional tiene que ser esa inversión que catalice un proceso de transformación. Esa es la experiencia de Costa Rica, pero no puede ser que la cooperación sea la única o la principal fuente de las acciones climáticas.
De cara a la COP25, en Chile, se hablaba que Costa Rica ostentaría una “presidencia conjunta” junto al anfitrión. ¿Eso se mantiene?
—Se mantiene de manera informal. De manera formal esa figura no existe. Nosotros tenemos conversaciones con Chile para poder apoyar temas que para la presidencia de la COP son tremendamente importantes. Muchos de ellos van a nacer en la PreCOP y tomar vuelo en la COP.
Estaremos al lado de la presidencia de la COP en todo el proceso político que requiere.
¿Ya se habló de cómo va a funcionar?
—No. Hemos hablado en la parte temática, no en la parte operativa. Pero en la parte operativa, sobre la marcha de la COP, nos iremos ajustando y trabajando.
¿Qué podemos esperar de esta COP que viene en diciembre?
—Tenemos que avanzar, y ojalá concluir las negociaciones de revisión de compromisos. Una falta de acuerdo en este tema limita fuertemente al avance de la agenda climática.
Si tenemos que trabajar con un mercado globalizado y ese mercado no ve que nos ponemos de acuerdo, ellos no van a cambiar. Estamos mandando señales negativas. Estamos mandando señales de debilidad.
Mandar señales de debilidad al sistema económico que queremos descarbonizar es fatal y de ahí la necesidad de avanzar las negociaciones. Pero tenemos el problema de Brasil, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y todo eso contamina la negociación.
El Acuerdo de París fue un rompecabezas. Pero a ese rompecabezas se le han ido quitando piezas con estos temas geopolíticos. Un país que era líder en las negociaciones de París hoy no lo es.
Es vital mandar señales de acuerdos, entonces.
—Es vital mandar señales positivas. Es importante mostrar acuerdos en la visión y los compromisos para que todo el mundo empiece a hacer esa transición.
¿Los movimientos de jóvenes son una presión para ponerse de acuerdo?
—Súper positiva. Ellos tienen el derecho a exigir un mundo con optimismo. Nosotros por el modelo que tenemos de producción estamos comprometiendo el futuro de esos jóvenes. Ellos tienen todo el derecho de exigir un cambio de actitud.