Aunque se ha avanzado desde que entró en vigor el Acuerdo de París, lo cierto es que los planes nacionales de acción climática siguen siendo insuficientes para limitar el calentamiento a 1,5°C, como lo recomienda la ciencia para evitar los peores efectos del cambio climático.

Así se evidencia en el NDC Synthesis Report 2023, un informe elaborado por la Secretaría de Cambio Climático de Naciones Unidas tras analizar las últimas 168 Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) disponibles, incluida la costarricense.

“El informe muestra que todos los Gobiernos están dando pequeños pasos para evitar la crisis climática. Y muestra por qué los Gobiernos deben dar pasos audaces en la COP28 en Dubái, para seguir por el buen camino”, declaró Simon Stiell, secretario ejecutivo de Cambio Climático de Naciones Unidas, y añadió: “Esto significa que la COP28 debe ser un claro punto de inflexión. Los gobiernos no sólo deben acordar qué medidas climáticas más enérgicas se adoptarán, sino que también deben empezar a mostrar exactamente cómo llevarlas a cabo”.

Mitigación o reducción de emisiones

El análisis demostró que los países no avanzan a un ritmo similar en la implementación de sus compromisos climáticos. Mientras que el 30% señaló haber comenzado a aplicar su NDC en 2020, el 54% marcó su fecha de inicio en enero de 2021 y el 5% mencionó que empezaron a ejecutarla en 2022.

Con respecto al período de aplicación, el 93% comunicó que este se extendía hasta 2030, mientras que el 7% especificó un plazo hasta 2025, 2035, 2040 o 2050.

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), aunque se proyecta que estas no aumenten después de 2030 en comparación con los niveles de 2019, todavía no muestran la rápida tendencia a la baja que la ciencia considera necesaria para esta década. De hecho, se prevé que las emisiones estén un 5,3% por debajo de los niveles de 2019.

Según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), las emisiones deben reducirse un 43% para 2030 en relación con los niveles de 2019 con tal de limitar el calentamiento a 1,5 °C.

“Para alcanzar ese nivel máximo, es necesario aplicar los elementos condicionales de las NDC, lo que depende sobre todo del acceso a mayores recursos financieros, transferencia de tecnología y cooperación técnica, y apoyo al desarrollo de capacidades; de la disponibilidad de mecanismos basados en el mercado; y de la capacidad de absorción de los bosques y otros ecosistemas”, se lee en el reporte.

Asimismo, el IPCC indica que las reducciones de emisiones hasta 2030 tendrán que reforzarse aún más para 2035 y los años posteriores. “En esos escenarios, las emisiones de GEI se reducen en un 60% para 2035 en relación con el nivel de 2019”, menciona el grupo de expertos en el AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023.

Adaptación

En cuanto a las medidas para lidiar con los impactos del cambio climático, el 81% de los países incluyeron acciones de adaptación en sus NDC. Además, facilitaron información sobre investigación en esta materia. También especificaron riesgos y vulnerabilidades; estrategias, políticas y planes; medidas sectoriales; medidas de contingencia; sinergias con la mitigación y otros marcos globales; seguimiento y evaluación.

El recurso hídrico y la seguridad alimentaria se posicionan como prioridades para los países, así como los ecosistemas terrestres y humedales, los sectores y servicios económicos clave y la salud humana. Esto sin dejar de lado la gestión del riesgo ante desastres, las zonas costeras y los ecosistemas oceánicos, las zonas urbanas, los medios de vida y la pobreza.

“Las NDC nuevas o actualizadas incluyen, en comparación con las NDC anteriores, más información sobre los objetivos cuantitativos de adaptación con plazos concretos y los marcos de indicadores asociados, información más específica sobre la contribución de los esfuerzos de adaptación a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), e información más específica sobre las sinergias y los beneficios colaterales entre la adaptación y la mitigación”, se lee en el informe dado a conocer por la Secretaría de Cambio Climático de Naciones Unidas.

Sobre este último punto, el 46% de los países visualizaron los beneficios colaterales de mitigación derivados de sus planes de adaptación y/o diversificación económica. Destacaron las actividades de forestación y reforestación, agricultura climáticamente inteligente, reducción del desperdicio de alimentos, agricultura vertical, planes de conservación de áreas protegidas y soluciones basadas en la naturaleza.

También mencionaron acciones como aumento de la proporción de fuentes renovables en la generación de energía, mejora de la eficiencia energética, captura y almacenamiento de dióxido de carbono, cambio de combustible y reformas de los precios en el sector transporte, y transición a la economía circular para una mejor gestión de los residuos.

Oportunidad

Para Stiell, y a la luz de los hallazgos del informe, la discusión sobre el balance mundial o Global Stocktake (GST) —principal punto de agenda en la cumbre climática o COP28— presenta una oportunidad para actualizar las contribuciones con miras a la próxima ronda de NDC, las cuales deberán estar listas en 2025.

“Utilizando el GST para planificar con antelación, podemos hacer que la COP28 cambie las reglas del juego”, afirmó Stiell. “Es hora de demostrar los enormes beneficios que se derivan de una acción climática más audaz: más empleo, salarios más altos, crecimiento económico, oportunidades y estabilidad, menos contaminación y mejor salud”, continuó.

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