“Lo que elegimos comer, quemar, apoyar o ignorar todos los días tiene un impacto. Tiene impactos en ecosistemas remotos y pueblos remotos, a pesar de que es posible que nunca los veamos en persona".
Las palabras pertenecen a Sandra Díaz, ecóloga argentina quien formó parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) cuando este fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2007.
“Ya nadie es local. Todas las personas somos dependientes unas de otras y nuestras acciones tienen impactos globales. Necesitamos resolver la crisis ambiental tanto a nivel local como global. ¡Luchemos por nuestro futuro!”, continuó Díaz al explicar las cantidad de conexiones entre todas las partes del mundo.
“Pensar global y actuar local” fue el nombre de la conversación que Díaz -quien también es profesora de la Universidad Nacional de Córdoba y miembro senior del Consejo Nacional de Investigaciones de Argentina- y Thomas Lovejoy -fundador y presidente del Centro de Biodiversidad Amazónica- mantuvieron en el escenario principal de la Cumbre de los Premios Nobel, la cual se realizó los días 26, 27 y 28 de abril de este año y reunió virtualmente a los premios Nobel y otras personas expertas así como a líderes para conversar sobre el futuro del planeta
“Un buen final para el cambio climático requerirá devolver una parte significativa a la restauración de los ecosistemas. Existimos en un planeta vivo que funciona como un sistema biológico y físico vinculado. Para obtener un resultado satisfactorio, eso significa que debemos administrarnos a nosotros mismos”, agregó Lovejoy al enfatizar en la necesidad de devolver la vida a los ecosistemas.
Para ejemplificar esta aseveración, Lovejoy se refirió al Amazonas. Explicó la importancia de la humedad que genera el Amazonas y cómo este beneficia a todos los países del sur del continente americano, excepto a Argentina. Sin embargo, el experto comentó que estamos en un punto donde la caída de lluvia no será suficiente y se corre el riesgo de que el bosque se convierta en una vegetación tipo sabana.
La falta de lluvias en la Amazonía llevaría a una pérdida masiva de biodiversidad y serios impactos a las personas que viven en la zona. La deforestación debe tenerse y acompañarse de reforestación. “Si cuidamos la biodiversidad del Amazonas, él cuidará de nosotros”, señaló Lovejoy.
Escuchar a la ciencia
Los anfitriones se encargaron de abrir la actividad con una frase directa: “necesitamos escuchar a la ciencia”. Vidar Helgesen, director ejecutivo de la Fundación Nobel; Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias; y Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, recalcaron la importancia de la ciencia para entender qué pasa y así crear soluciones.
Helgesen comentó que el fin de la cumbre es que las personas líderes, por medio de discusiones, pensamientos críticos y el uso de la ciencia, se comprometan con la creación de políticas y decisiones para nuestro futuro. “Hoy más que nunca necesitamos mentes líderes de diversas disciplinas para que se unan y así atender retos urgentes y complejos que el planeta está enfrentando”, dijo.
Por su parte, McNutt utilizó de ejemplo el movimiento científico y la movilización internacional que surgió con la pandemia y, si bien todavía queda mucho por hacer, los logros son valiosos. Por esta razón, la científica realizó un llamado a que esa unión se realice con el mismo sentido de urgencia para afrontar el cambio climático.
Rockström, por su parte, hizo un llamado a reducir las emisiones de carbono para tener una posibilidad de llevar al mundo a una economía mundial neta cero para el 2050. “Ya no podemos actuar de forma incremental. Necesitamos actuar exponencialmente, necesitamos actuar colectivamente, y tenemos que actuar en paralelo. Esta es una transformación sistémica de las sociedades y el mayor impulso debe hacerse en los próximos 10 años”, comentó.
El experto en sostenibilidad global dejó claro que la ciencia demuestra que “ganamos si hacemos”, pero es necesario actuar a escala y pronto.
Diálogos por el cambio
“Diálogos dinámicos” fue la sección de la Cumbre de los Premios Nobel donde se realizó un intercambio interactivo de ideas sobre los principales temas de la actividad: derechos humanos, inequidad, sostenibilidad, sistemas terrestres y tecnologías.
Martin Chalfie, Premio Nobel de Química en el 2008, conversó sobre la ciencia como derecho humano con Connie Nshemereirwe, facilitadora independiente de ciencia y políticas; Gatwal Augustine Gatkuoth, defensor de la construcción de la paz, y Gingger Shankar, música y activista.
El diálogo se enfocó en el derecho de todas las personas a acceder a la ciencia, al conocimiento y a sus beneficios, así como la necesidad de una ciencia inclusiva, donde participen todas las personas.
“Los científicos están entre aquellos que más llaman la atención sobre los derechos humanos y las cuestiones éticas están aumentando con los nuevos descubrimientos y la tecnología”, señaló Chalfie.
Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad Ean en Colombia; Adam Riess, Premio Nobel de Física en 2011; Klus von Klitzing, Nobel de Física en 1985, y Anne Muthoni, entusiasta del cambio climático, participaron de la sesión de sostenibilidad y los sistemas terrestres.
“Las ciudades son el experimento ecológico más interesante”, dijo Baptiste, quien buscaba profundizar en la idea de que todos somos administradores de nuestro mundo y debemos lidiar con las realidades existentes, no ignorarlas.
Los participantes de esta sesión señalaron la necesidad de reconocer la 'interconexión' de todos los humanos, océanos y bosques para, de esta forma, detener la extinción de otras formas de vida.
La tecnología también fue tema de conversación en la cumbre. Stanley Whittingham, Nobel de Química en 2019; David Gross, profesor de la Cátedra del Canciller de Física Teórica y ex director del Instituto Kavli de Física Teórica de la Universidad de California en Santa Bárbara; Beatie Wolfe, artista y modelo a seguir de la campaña de ONU Mujeres, y Ahmad Mobayed, defensor de la educación digital, líder juvenil y cofundador de la Asamblea de la Juventud Siria, conversaron sobre las opciones y peligros que brinda la tecnología.
Los expositores también dialogaron sobre cómo los países deben unirse y educar a las personas para que la tecnología se presente como una solución a los problemas actuales.