La percepción de los habitantes de Costa Rica sobre la influencia del cambio climático es notable debido al aumento de los eventos extremos en la región, así lo revela un estudio del Programa Horizontes Ambientales del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA).
El estudio, realizado en el año 2023, concluyó que 93 de cada 100 personas responsabilizan al cambio climático por la incidencia de eventos como sequías, huracanes, inundaciones, etc. Además, el 77% indica creer que esto sucede únicamente por acciones del ser humano.
Para realizar el estudio, se entrevistó a ciudadanos costarricenses y extranjeros con más de cinco años de vivir en el país, que fueran mayores de edad y fueran usuarios de telefonía pública. Por eso, el estudio aclara que los resultados abarcan la población encuestada con telefonía celular y no al total de la población costarricense.
En detalle
Los ticos saben de la presencia del cambio climático debido a las variaciones que pueden percibir, por ejemplo, el 88% de los encuestados lo relacionan con la alteración del clima en la Tierra.
Otro ejemplo es que, aproximadamente, nueve de cada diez personas relacionan la disminución de zonas verdes en áreas urbanas con el aumento de la temperatura, y aducen que un posible aumento de las zonas verdes ayudaría a disminuir la temperatura.
Sin embargo, estas no dejan de ser percepciones.
“Lo que deberíamos de plantearnos es qué acciones, tanto colectivas como a nivel individual, estamos haciendo para mitigar, para recuperar las áreas verdes en este caso”, dijo Jenny Villalobos Sequeira, investigadora del Idespo, durante la conferencia de presentación del estudio.
Villalobos continuó con el llamado de atención sobre pedir cambios a las autoridades encargadas, recordando que se han llegado a “temperaturas récord en la región”. Y que si la población efectivamente nota las problemáticas, debe exigir medidas para contrarrestarlas.
Otro tema abordado en el estudio fue el relacionado a El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), más conocido por su fase cálida (El Niño) y su fase fría (La Niña). El estudio mostró que la población relaciona El Niño con época de sequías, falta de lluvias y aumento de incendios forestales, mientras que La Niña es asociado con fuertes lluvias, temperaturas más frías y más tormentas.
Además se mostró que casi un 80% de los encuestados relaciona el ENOS con la falta de agua potable en los hogares. Incluso, el 93% de los encuestados asocian la falta de agua como una consecuencia del cambio climático, pero también mostrando una falta de conocimiento teórico con respecto a la gobernanza hídrica, ya que la disponibilidad hídrica también depende las gestión que se hace del recurso para que este satisfaga las diferentes necesidades de los usuarios.
También se mostró que la población encuestada relaciona el aumento del nivel del mar con la reducción de las zonas habitables en las costas.
Sin embargo, Villalobos enfatizó que para poder alcanzar los diferentes puntos a lograr en la agenda climática, se debe aclarar a la población que son procesos naturales agrandados o acelerados por el ser humano.