Las mujeres molusqueras de Chomes, en Puntarenas, se han encargado de reforestar los manglares y cuidar los moluscos; por ello, la Casa de Modas Pierre Cardin les ha premiado –en la categoría de ONG– en la segunda edición del concurso Ocean 4 Our Planet.

Si bien el premio fue entregado el pasado 17 de mayo, este fue recibido por la embajadora de Costa Rica en Francia, Ana Elena Pinto Lizano. No fue hasta el 19 de julio que llegó a las manos de Coope-Moluscos Chomes.

La cooperativa empezó operaciones hace más de 10 años, apoyando fuertemente a las molusqueras. En los últimos dos años han logrado sembrar cerca de 20.000 plantas de manglar, lo que llamó la atención de los organizadores del concurso y los llevó a otorgarles el galardón.

Las molusqueras recibieron el galardón en la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. (Foto: Mario Fernández Calderón)

Los moluscos son vitales para la comunidad de Chomes, ya que son el centro de su actividad económica. Las mujeres de la zona son las encargadas de ir a los manglares y enterrar sus manos en el lodo para recuperarlos y luego venderlos para la industria alimentaria.

Los manglares no sólo proveen de alimento, también ofrecen belleza escénica para el turismo y cumplen funciones como sumideros de carbono. Además protegen de eventos extremos como huracanes y ayudan contra la erosión costera.

Recientemente, las molusqueras mencionan que han visto amenazada su área de trabajo debido a las camaroneras que acaparan los manglares y realizan prácticas que dañan las áreas marino-costeras. Estas camaroneras funcionan bajo concesión desde el 2019.

Prácticas sostenibles

La presidenta de Coope-Moluscos Chomes, Aracelly Jiménez, ve esto como un premio a todo el esfuerzo que han venido realizando desde hace más de una década. Además, considera que es una muestra de que sí se pueden tener prácticas sostenibles con el ambiente.

“Para nosotros es un honor recibir este premio, de visibilizar lo que venimos haciendo desde hace 10 años. Para nosotros es de gran esperanza y orgullo ver como nuestro trabajo traspasa las fronteras”, comentó la presidenta.

Jiménez indicó que tienen varias prácticas sostenibles para poder extraer los moluscos, como la reforestación o la selección de qué tipo de molusco utilizar.

“Iniciamos con prueba y error, viendo cómo se podían germinar las matitas, cómo no, dónde eran los lugares apropiados, porque no tendría sentido tener  2.000 matas en un vivero si no sabemos dónde sembrarlas”, mencionó. 

 Para el proceso de reforestación, primero trasladan las plantas al vivero, donde duran entre cuatro y cinco semanas. Cuando empiezan a salir hojas, es cuando se llevan a un lugar en específico.

La restauración de ecosistemas de manglar es una solución basada en la naturaleza que muchas comunidades están implementando como medida de adaptación ante el cambio climático. (Foto: Michelle Soto).

También indicó que no extraen moluscos pequeños que estén en su primera madurez sexual. Además, no arrancan los manglares sino que más bien cada 15 días los limpian debido a que llega mucha basura.

“De 53 mujeres que somos, todas siguen estas prácticas, porque ha sido una forma de concientización de nosotras mismas. Si nosotras nos llevamos el molusco pequeño entonces en un futuro no vamos a tener nada”, añadió Jiménez.

Molusqueras amenazadas

Según Jiménez, las camaroneras cada vez abarcan más y más espacio, dejándolas a ellas sin un territorio para  recolectar moluscos.

“La idea es que, en un momento determinado, ya no haya camaroneras, y así nosotras poder reforestar todos esos lugares para que las mujeres de la organización puedan trabajar y hacer un uso sostenible de recursos”, comentó Jiménez.

Debido a que estas camaroneras se encuentran en territorios concesionados por el Estado costarricense, la comunidad ha tratado de hablar con el gobierno, pero no han tenido la respuesta que desean por las trabas con las que se han encontrado.

“No hemos logrado entenderlo. ¿Por qué una compañía que viene haciendo un mal y que trabaja con malas prácticas sigue vigente?”, exclamó la molusquera.

Para ellas, esto también representa un ataque hacia la cultura, ya que la comunidad está muy ligada al mar y a los moluscos por todo lo que ha significado esta oportunidad económica.

“Más que una forma de vida, es nuestra cultura molusquera que tiene toda comunidad con el océano. La comunidad es meramente pescadora o molusquera, entonces todos tenemos que ver con la costa”, agregó Jiménez.

Guardianas del océano

Al igual que estas mujeres, otras se han pronunciado en favor del mar. Las “guardianas del océano”  provienen de 11 países de América Latina y el Caribe, se reunieron en isla Chira con la ministra de la mujer, Cindy Quesada, del 3 al 6 de junio.

Posteriormente, presentaron un llamado a la acción en la pre Conferencia de los Océanos, Inmersos en el Cambio, realizada el 7 y 8 de junio en el Centro de Convenciones de Costa Rica. En el marco de esta conferencia, las mujeres se presentaron en un panel frente a personas de la talla de Cahtherine Chabaud, miembro del Parlamento Europeo, quien resaltó la importancia de las comunidades locales.

Si queremos alcanzar el Objetivo 30x30, necesitamos tener en cuenta a la comunidad local y a las mujeres en las comunidades locales.”, comentó Chabaud.

A este panel asistió el mandatario Rodrigo Chaves, el cual felicitó a las “guardianas del océano” y mencionó la importancia de proteger el territorio marino de la minería.

El secuestro y almacenamiento de carbono es uno de los muchos servicios ambientales que los manglares brindan a las personas. Estos ecosistemas también funcionan como barreras ante tormentas, filtran el agua, mitigan los efectos de la erosión del suelo y sirven de refugio a diversidad de especies de aves, peces y mamíferos. (Foto: Nina Cordero).

En este llamado a la acción, las mujeres pescadoras se enfocan en temas de violencia, cuidado, trabajo, salud y liderazgo. De hecho, buscan romper los prejuicios hacia las mujeres marino-costeras y ayudarlas a visibilizar sus luchas.

Para el enfoque de la violencia, uno de los objetivos es que se garantice la tenencia de la tierra a las mujeres marino-costeras y se democraticen sus recursos.

Otro punto importante para las guardianas es que se generen acciones para proteger los saberes y conocimientos ancestrales, con el fin de fortalecer los lazos de cuidado entre la mujer y su entorno. Además, desean que se dignifiquen las condiciones laborales en las zonas costeras.

Para Jiménez, el hecho de que las mujeres costeras se estén pronunciando frente a los poderes políticos surge de una forma de concientización que ha logrado empoderarlas.

“Hemos entendido que es muy importante que nuestros territorios marinos estén sanos, que no sólo nos aporten sino nosotros cuidarlos para así garantizar una mejor calidad de vida para nuestros hijos”, finalizó Jiménez.

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