Un tratado que limite la producción de plásticos, elimine los productos de este material que sean innecesarios (incluyendo los de un sólo uso), priorice la desintoxicación y garantice la transparencia; eso es lo que pidieron más de 900 personas y organizaciones médicas así como de salud pública mediante una carta abierta presentada a las delegaciones que participan de la cuarta ronda de negociaciones para un Tratado Mundial sobre Plásticos (INC-4), reunión que tuvo lugar en la ciudad Ottawa (Canadá) del 23 al 29 de abril de 2024.
“Les instamos a comprometerse mediante un tratado justo y equitativo que respete los derechos humanos”, destacaron profesionales y organizaciones de salud como la Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública, la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina y la Sociedad de Endocrinología, entre otras.
Estas personas y organizaciones firmaron dicha carta en representación de 6 millones de profesionales sanitarios de todo el mundo. La carta hace un llamado urgente a actuar frente a la crisis de contaminación causada por los plásticos.
“Es necesario adoptar medidas a lo largo de todo el ciclo de vida de los plásticos para eliminar los efectos nocivos desde la extracción, producción, uso, reciclaje y disposición final; así como proteger la salud humana y planetaria”, se lee en la misiva.
La preocupación del sector salud se asienta en que, en su mayoría, los plásticos y sus aditivos químicos se derivan de los combustibles fósiles, cuya toxicidad pone en peligro la salud de las personas y los ecosistemas.
“Hay graves amenazas para la salud en cada etapa del ciclo de vida de los plásticos, desde los peligros que plantea la extracción y el refinado de productos petroquímicos hasta los materiales y productos químicos utilizados para fabricar plásticos, pasando por la eliminación, donde los plásticos pueden emitir sustancias químicas preocupantes si se queman o eliminan de forma inadecuada o se descomponen en microplásticos”, advirtieron los profesionales de la salud.
Ejemplo de ello son los hallazgos realizados por un estudio, publicado el pasado mes de marzo en The New England Journal of Medicine. Los investigadores descubrieron que el 60% de los 257 pacientes quirúrgicos evaluados, que presentaban una acumulación de microplásticos y nanoplásticos en la placa arterial, tenían un riesgo 4,5 veces mayor de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o la muerte en los tres años posteriores a la intervención, en comparación con los que no tenían microplásticos en la placa arterial.
Y el riesgo está en que los microplásticos y nanoplásticos están presentes en la cotidianidad de las personas, en los productos de aseo personal y cosméticos, incluso en los alimentos que consumen.
“No podemos solo basarnos en soluciones falsas como el reciclaje químico que extiende el uso insostenible del plástico y la dependencia a los combustibles fósiles, que no generan mejoras reales en la salud. Sólo una significativa reducción en la producción y el uso de plástico pueden lograr tales mejoras”, se lee en la carta.
“Un tratado que protege al planeta es también un tratado que protege a cada paciente”, continúa.
Sin excepciones
Durante las negociaciones del INC-4, se pidió una exención en el tratado para los plásticos utilizados con fines sanitarios, lo que eximiría al 10% de la economía mundial.
“Hacemos un llamado a las y los negociadores para que desarrollen un tratado ambicioso y justo que ponga fin a la contaminación por plásticos, incluso en el sector salud”, se destaca en la carta.
“Los plásticos se han vuelto universales en la atención médica, con un cambio dramático hacia artículos de un sólo uso en las últimas décadas (por ejemplo, tubos, guantes de examen, catéteres, venoclisis, equipos de transfusión, equipos de diagnóstico, batas, etc.). Sin embargo, se pueden eliminar muchos usos no esenciales de los plásticos en el sector salud, incluidas las aplicaciones no médicas (por ejemplo, mantenimiento, alimentos, interiores, oficinas). Hay plásticos de uso esencial con sustancias tóxicas que se podrían eliminar y diseñar para reutilización”, continúa la misiva.
“Por lo tanto, hacemos un llamado a los gobiernos y sus representantes, a considerar un programa de trabajo sobre productos plásticos en el sector salud, que se desarrolle en alineación con otras iniciativas internacionales sobre clima, salud y los productos químicos, los residuos, y la sostenibilidad de la cadena de suministro”, concluye.