2024 fue el año más cálido registrado hasta la fecha, según el Servicio de Cambio Climático de Copérnico (C3S) de la Unión Europea. Sus datos concuerdan con los de otras seis organizaciones implicadas en la vigilancia del clima mundial, entre ellas, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

“Todos los conjuntos de datos de temperatura global producidos internacionalmente muestran que 2024 fue el año más caluroso desde que comenzaron los registros en 1850”, declaró Carlo Buontempo, quien es director de C3S. “El futuro está en nuestras manos: una acción rápida y decisiva aún puede alterar la trayectoria de nuestro clima futuro”, agregó.

Pero ¿cuán caliente fue 2024? El año pasado, la temperatura media se situó 0,72 °C por encima del promedio de 1991-2020 y 0,12 °C por encima de 2023, el año que ostentaba el récord como el más cálido desde que se llevan registros. Esto equivale a 1,60°C por encima de la temperatura media de 1850-1900 (nivel preindustrial).

En 2024, y según C3S, se registraron tres temporadas cálidas récord para la época del año correspondiente: invierno boreal (diciembre de 2023-febrero de 2024) con 0,78°C por encima de la media de 1991-2020, primavera boreal (marzo-mayo) con 0,68°C y verano boreal (junio-agosto) con 0,69°C.

Cada mes de enero a junio de 2024 fue más cálido que el mes correspondiente de cualquier año anterior registrado. Todos los meses de julio a diciembre, excepto agosto, fueron los segundos más cálidos, después de 2023, para la época del año. Agosto de 2024 empató con agosto de 2023 como el más cálido registrado.

Ahora bien, las altas temperaturas del 2024 no salieron de la nada. Estas responden a una tendencia que se viene observando: cada uno de los últimos diez años (2015-2024) fue uno de los diez años más cálidos registrados.

No todo es culpa de El Niño

Hasta el mes de abril, el 2024 seguía bajo influencia de El Niño. El evento había iniciado en julio del 2023, alcanzando su punto álgido en diciembre de 2023, para irse debilitando hasta entrar en fase neutra en mayo del 2024.

“Incluso cuando el fenómeno de El Niño llegó a su fin y se produjo la transición hacia condiciones más neutras en el Pacífico Oriental ecuatorial, muchas regiones siguieron experimentando temperaturas inusualmente altas”, destacó C3S.

Con o sin El Niño, lo cierto es que las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) –dos gases de efecto invernadero (GEI)– siguieron aumentando, alcanzado niveles anuales récord en 2024: 422 partes por millón (ppm) en el caso de CO2 y 1897 partes por billón (ppb) en cuanto al metano.

En comparación con el 2023, las concentraciones de CO2 fueron 2,9 ppm superiores en el 2024 y en el caso de CH4 fueron 3 ppb superiores de un año a otro.

Para C3S, el aumento de la temperatura global experimentado en 2024 está asociado, en gran medida, a la creciente concentración de GEI en la atmósfera producto de las actividades humanas, principalmente a las relacionadas con la quema de combustibles fósiles.

“En 2024, los GEI atmosféricos alcanzaron los niveles anuales más altos jamás registrados en la atmósfera, según los datos del C3S y el Servicio de vigilancia de la atmósfera de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés)”, dijo Laurence Rouil, directora de CAMS.

“Nuestros datos apuntan claramente a un aumento mundial constante de las emisiones de GEI, que siguen siendo el principal agente del cambio climático”, añadió Rouil.

En el 2024 también se observaron niveles récord de vapor de agua: 5% por encima de la media de 1991-2020 y más de 1% que en 2016 y 2023, los años con los anteriores valores más altos y el segundo más alto, respectivamente.

“Estas altas temperaturas globales, unidas a los niveles récord de vapor de agua atmosférico en 2024, significan olas de calor sin precedentes y episodios de lluvias torrenciales”, señaló C3S.

Las consecuencias del año más cálido

En 2024 se observaron eventos meteorológicos extremos en todo el mundo: desde fuertes tormentas e inundaciones hasta olas de calor, sequías e incendios forestales.

“La cantidad total de vapor de agua en la atmósfera alcanzó un máximo histórico en 2024. Este abundante suministro de humedad amplificó el potencial de fenómenos pluviométricos extremos. Además, combinada con las altas temperaturas de la superficie del mar, contribuyó al desarrollo de grandes tormentas, incluidos los ciclones tropicales”, explicaron los científicos de Copernicus.

Asimismo, los prolongados períodos secos propiciaron las condiciones para los incendios forestales. Es más, estos incendios fueron a su vez fuente de emisiones de CO2. Según CAMS, en Bolivia y Venezuela se registraron los niveles más altos de emisiones, mientras que en Canadá se registraron los segundos niveles más altos.

Los científicos del World Weather Attribution (WWA) y Climate Central, organizaciones que generan estudios de atribución para determinar la influencia o no del cambio climático en determinados eventos, estuvieron bastante ocupados en el 2024.

En su informe anual, los expertos concluyeron que el cambio climático –causado por las actividades humanas— intensificó 26 de los 29 fenómenos meteorológicos estudiados en el 2024, los cuales provocaron la muerte de al menos 3.700 personas y el desplazamiento de millones.

“La mayoría de los análisis concluyeron que el cambio climático tuvo un mayor impacto que El Niño a la hora de impulsar estos fenómenos. Esto concuerda con la tendencia general de que, a medida que el planeta sigue calentándose, los efectos del cambio climático dominan cada vez más sobre otros factores naturales que influyen en el tiempo”, se lee en el informe.

En huracanes, por ejemplo, los científicos de Climate Central manifestaron que el aumento récord de las temperaturas oceánicas elevaron la velocidad máxima de los ciclones tropicales del Atlántico, amplificando así el poder destructivo de las tormentas.

Los 11 huracanes de la temporada 2024 se intensificaron entre 14 y 45 kilómetros por hora debido a las altas temperaturas. De hecho, cada cambio de categoría supone un aumento del poder destructivo de aproximadamente cuatro veces.

“Las emisiones de CO2 y otros GEI han influido en las temperaturas de la superficie del mar en todo el mundo”, explicó Daniel Gilford de Climate Central. 

En el golfo de México, por ejemplo, estas emisiones elevaron la temperatura de la superficie del mar alrededor de 1,4 °C por encima de lo que hubieran registrado en un escenario sin cambio climático.

En otro estudio, en que los expertos analizaron la intensidad de las tormentas entre 2019 y 2023, se halló que el 84% de los huracanes en ese período se fortalecieron significativamente debido al calentamiento de los océanos.

Calor

Las altas temperaturas combinadas con una elevada humedad contribuyen a aumentar los niveles de estrés térmico, lo cual tiene impactos en la salud humana, y el año pasado las personas estuvieron más expuestas a días peligrosamente calurosos.

Según el informe anual de WWA y Climate Central, las personas experimentaron un promedio de 41 días adicionales de calor peligroso en el 2024. Estos días representan el 10% de las temperaturas más cálidas registradas entre 1991 y 2020 en todo el mundo.

Anteriormente, ambas organizaciones en conjunto con el Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja habían alertado sobre este tema cuando sus científicos analizaron la influencia del cambio climático en las olas de calor acontecidas desde el 15 de mayo de 2023 hasta el 15 de mayo de 2024.

El estudio identificó 76 olas de calor extremo en 90 países. Estos eventos pusieron en peligro a miles de millones de personas en zonas densamente pobladas del sur y el este de Asia, así como en Sudamérica.

Durante ese periodo, 6.300 millones de personas (alrededor del 78% de la población mundial) sufrieron al menos 31 días de calor extremo (por encima del percentil 90), que se hizo al menos dos veces más probable debido al cambio climático. De hecho, el cambio climático añadió una media de 26 días más de calor extremo de los que se habrían experimentado sin su influencia.

Por su parte, a mediados de 2024, Climate Central publicó un estudio sobre el impacto de la temperatura entre marzo y mayo, detallando la influencia del cambio climático. Lo hizo para 500 ciudades en más de 150 países.

En la lista de países con un calor inusual potenciado por el cambio climático, nueve se ubican en Centroamérica y el Caribe. Según este análisis, una persona en Guatemala experimentó, en promedio, 89 días de calor peligroso; mientras que en Jamaica y Guadalupe fueron 88 días, en Trinidad y Tobago fueron 86 y en Nicaragua 84.

“La persona promedio de cada uno de estos países experimentó una influencia muy fuerte del cambio climático en, al menos, el 91% de todos los días de la estación. Los niveles más extremos de calor atribuible (al menos 60 días totales en el nivel 5) los experimentó el 13% de la población de Centroamérica y el Caribe”, destacaron los científicos.

En otro estudio, esta vez a cargo del WWA, temperaturas máximas como las experimentadas por Norteamérica y Centroamérica en mayo y junio del 2024 son hoy 35 veces más probables que en el periodo preindustrial y esto se nota aún más en las temperaturas nocturnas, ya que el análisis mostró un aumento de 200 veces debido al calentamiento global.

“Gran parte de este cambio se ha producido en los últimos años. En el año 2000, se esperaba que un calor similar en mayo-junio se produjera una vez cada 60 años, aproximadamente una vez en la vida. En la actualidad, con un calentamiento adicional de 0,5 °C desde el cambio de milenio, se produce aproximadamente una vez cada 15 años”, detallaron los expertos.

En Centroamérica, los impactos del calor se intensifican debido a las malas condiciones de vivienda, el acceso limitado a aire acondicionado, la carencia de planes preventivos, entre otros factores. En cuanto a las personas más vulnerables se encuentran los niños, particularmente los menores de cinco años, los adultos mayores y las personas con enfermedades preexistentes (como hipertensión, cardiopatías, etc.).

También son vulnerables las personas que trabajan al aire libre como agricultores, pescadores, trabajadores de la construcción y personas que se dedican a brindar servicios de mensajería o reparto de comida.

Precisamente, muchos adultos jóvenes trabajan en estos sectores y también las personas en esta franja etaria suelen practicar más deporte al aire libre, lo cual los hace vulnerables al calor extremo y los hallazgos de un estudio realizado en México por investigadores de la Universidad de Columbia, publicado en Science Advances, viene a respaldarlo.

México cuenta con datos geográficos detallados sobre mortalidad y temperaturas. Estos datos demostraron que el 75% de las muertes relacionadas con calor ocurrían en menores de 35 años, un gran porcentaje en edades entre los 18 y 35 años. “Fue una sorpresa, ya que se trata de las personas fisiológicamente más robustas que tiene una población”, dijo Jeffrey Shrader, uno de los autores del estudio a AFP.

Para los investigadores, México sirve de indicador para otros países en América Latina, África y Asia; por lo que recomiendan incluir a este grupo etario en los planes de adaptación al cambio climático, más porque se prevé que la temperatura media seguirá incrementándose si no se reducen significativamente las emisiones de GEI.

“El cambio climático está exponiendo a millones de personas más a temperaturas peligrosas durante períodos más largos del año a medida que las emisiones de combustibles fósiles calientan el clima. Si el mundo no abandona rápidamente el petróleo, el gas y el carbón, el número de días de calor peligroso seguirá aumentando cada año y amenazará la salud pública”, destacaron los expertos de WWA y Climate Central en su informe anual.

Vale recordar que 2024 fue el primer año natural en que la temperatura media superó en 1,5°C el nivel preindustrial.

“El 2024 fue otro año devastador y ha demostrado que no estamos bien preparados para la vida con un calentamiento de 1,3-1,5 °C”, dijo Julie Arrighi, directora de programas del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. “En 2025 es crucial que todos los países aceleren sus esfuerzos de acción climática”, agregó.

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