No se habían inaugurado los Juegos Olímpicos de París 2024 cuando ya se rompió un récord a nivel mundial. El lunes 22 de julio fue el día más caluroso jamás registrado hasta la fecha.
Según datos preliminares de Copernicus, Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, la temperatura media global del lunes fue de 17,15°C. El récord anterior fue de 16,92°C correspondiente a agosto de 2016.
Las altas temperaturas, que van en incremento año con año debido al cambio climático, preocupan a los atletas, ya que la probabilidad de que sucedan golpes de calor es muy alta. Esto no sólo podría afectar su rendimiento, sino que también su salud e incluso podría ocasionar muertes.
Según el informe Anillos de Fuego, publicado el pasado 18 de junio por la Asociación Británica para el Deporte Sostenible (BASIS, por sus siglas en inglés), los casos de calor extremo que afectan la salud y el disfrute de los deportes han aumentado en los últimos años.
Es por eso que el informe alerta sobre lo peligrosos que son los golpes de calor y la importancia de tomarlos con seriedad. "No está en el ADN de un atleta detenerse, y si las condiciones son demasiado peligrosas, creo que existe un riesgo de muerte", aseguró Jamie Farndale, jugador de rugby 7 de Gran Bretaña.
Las Olimpiadas anteriores, realizadas en Tokio en 2021, fueron conocidas como las más calurosas de la historia. Temperaturas de 34°C y una humedad de casi el 70% causaron riesgos para la salud de los participantes, aun así, los expertos señalan que los Juegos Olímpicos de París tienen el potencial para superarlos debido al cambio climático.
El informe indica que el aumento de la temperatura se debe al calentamiento global causado por el uso de combustibles fósiles a lo largo del planeta. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) asegura que el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son causadas por la quema de carbón, petróleo y gas.
Luchar hasta morir
Es común que los entrenadores y atletas digan que hay que intentar ganar o morir en el intento y, aunque esto no sea literal en la gran mayoría de los casos, los efectos del calor harán que pueda ser cierto, incluso existen muchos atletas que tienen miedo de que ocurra.
En el 2019 se registraron 1.453 muertes relacionadas al calor en el día más caliente en la historia de Francia, donde la temperatura fue de 45,9°C. El mismo día, en París, se reportó una temperatura de 42,6°C, según el informe de la BASIS.
Según la Agencia Meteorológica de Francia (Météo France), esta temporada será más cálida de lo normal, justamente calzando con las fechas de las justas olímpicas. Esto se debe a que hay 50% de probabilidades de que la temperatura sea más alta de lo que debería, cuando los escenarios “normales” son de 30% de posibilidades.
Otro dato alarmante lo publicó la revista Npj Climate and Atmospheric Science mediante una investigación que concluyó que la probabilidad de que haya una ola de calor más intensa que la del 2003 es bastante alta.
A esto se le suma lo dicho por un estudio publicado en la revista Lancet Planet Health, el cual encontró que París tiene las tasas de mortalidad relacionadas al calor más altas de 854 ciudades del continente europeo, así que es comprensible la preocupación de los deportistas.
El costo de una medalla
Uno de los atletas que se pronunció sobre el tema fue el tenista neozelandés y medallista de bronce olímpico Marcus Daniell.
Daniell indicó que no es el único con miedo y que otros incluso temen por su vida, incluso enfatizó en el hecho de que no es normal ni saludable que se pueda freír un huevo en la pista.
"En los Juegos Olímpicos de Tokio sentí que el calor rozaba el verdadero riesgo, el tipo de riesgo que podría ser mortal. Uno de los mejores tenistas del mundo, Medvedev, dijo que pensaba que alguien podría morir en Tokio, y no creo que fuera una exageración”, mencionó el tenista, cuyo testimonio fue incluido en el informe.
El evento al que Daniell se refiere fue cuando Daniil Medvedev enfrentó a Fabio Fognini en las últimas Olimpiadas. En dicho encuentro, el cuerpo médico ingresó dos veces debido al cansancio que sentía el atleta por el calor, luego indicó que percibía oscuridad en sus ojos durante el partido. “Puedo terminar el partido, pero puedo morir. ¿Si muero ustedes se harán responsables?”, exclamó Medvedev ese día.
El rendimiento también preocupa a los atletas, ya que consideran que hacer deporte bajo esas condiciones impedirá que alcancen su máximo potencial. La futbolista de Nueva Zelanda, Katie Rood, se mostró preocupada por la dirección que están tomando los deportes.
“Hay un agotamiento mental que viene con el calor, que requiere mucha más energía para concentrarse y tomar buenas decisiones. Los efectos del cambio climático han impactado la forma en que me muevo en el mundo y a menudo me deja preguntándome cuál es el propósito de los deportes de alto rendimiento cuando tienen un impacto tan grande en ello”, mencionó la futbolista.
Otro atleta que se mostró preocupado por el rendimiento fue Sam Mattis, medallista de oro en el campeonato de atletismo en exteriores de Estados Unidos en el 2019. Mattis indicó que que ya no se sabe dónde está el límite del cuerpo de los deportistas y que en su país es común que los atletas mueran por golpes de calor.
“Hoy en día, parece que cada campeonato importante viene acompañado de una ola de calor sin precedentes. Desafortunadamente, en los Estados Unidos no es algo nuevo que los atletas mueran por golpes de calor”, aseguró Mattis a los autores del informe.
Perder ya no parece tan malo
Antes, el único riesgo era ir a las Olimpiadas y no ganar. Sin embargo, este año, los atletas están expuestos a tres nuevas amenazas mientras practican sus deportes. Según el informe de BASIS, estos son los calambres por calor, el agotamiento por calor y los golpes de calor, es fácil observar el punto en común entre ellos.
Los calambres por calor suceden debido a que los músculos que se están utilizando en cada deporte se encuentran deshidratados, tienen alteraciones en las concentraciones de electrolitos o hay bajas reservas de energía.
El agotamiento por calor impide seguir ejercitándose debido a las altas temperaturas a las que se somete al cuerpo. Esto pasa con más frecuencia en los deportistas que no están aclimatados a las zonas en las que se realizan las competencias.
Y por último, el más peligroso, es el golpe de calor, catalogado como una emergencia médica. Este es causado por un fallo en el sistema termorregulador del cuerpo frente a las altas temperaturas corporales (mayores a 40,5°C).
El informe también indica que estos no son los únicos efectos negativos que pueden percibir los atletas. También está la posibilidad de que sufran impactos fisiológicos a lo largo de su participación.
Altas temperaturas resultan en cambios en el comportamiento, como buscar sombras, y cambios en las respuestas fisiológicas, como aumentar el flujo sanguíneo hacia la piel y generar más sudor, debido a la termorregulación del cuerpo.
Los investigadores del informe señalaron que esto puede comprometer las funciones cardiovasculares y musculares, generar deterioro cognitivo y deshidratar severamente a los atletas. La suma de estos procesos termina en los golpes de calor que se mencionaron anteriormente.
Recomendaciones
En el informe de BASIS se señalaron varias recomendaciones que dirigen a los organizadores de las Olimpiadas. Esta es una práctica que ya habían realizado para las justas de Tokio, sólo que -en esta ocasión- invitaron a los atletas para que contribuyeran con sus ideas.
La primera es agendar cada evento de manera inteligente, teniendo en cuenta las horas más calientes para los deportes que están expuestos al sol y posponerlos si es necesario.
Esta idea va de la mano con la segunda recomendación, la cual es mantener a los atletas seguros, limitando su exposición al calor. A medida que aumentan las temperaturas, los descansos de hidratación no son suficientes y es necesario invertir en la protección de los deportistas, fanáticos y todos los que asistan a los eventos.
La tercera iniciativa se basa en compartir más la información sobre los peligros del calor para los atletas, pero también apoyar a quienes hablan sobre el tema. Muchos deportistas no dan declaraciones sobre los riesgos del calor por miedo a que se les señale como débiles o se les juzgue y esto es algo que hay que revertir, por eso es importante que muestren un frente unido, como indica la cuarta recomendación.
Por último, BASIS considera que se deben reevaluar los patrocinios de combustibles fósiles en el deporte, esto debido a que son los principales causantes del cambio climático. Para los investigadores, el deporte debe reconsiderar su conexión con este tipo de empresas ya que el financiamiento puede ser muy útil en el corto plazo, pero en el largo plazo trae consecuencias que afectan a los futuros atletas y su rendimiento.