Si bien ya empezaron las lluvias en algunas partes del país, el riesgo de fuego aún sigue latente en otras zonas como es el caso del Pacífico Norte. A inicios de mayo, por ejemplo, los bomberos forestales atendieron un incendio ubicado en un área colindante al Parque Nacional Volcán Miravalles, en Guanacaste.

Los bomberos y voluntarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) lograron controlar el fuego a pesar de estar en un terreno de muy difícil acceso, donde no ingresaba vehículo de ningún tipo, y donde el suelo pedregoso y las fuertes pendientes dificultaron caminar por el lugar para realizar las maniobras.

El pasado 2 de mayo de 2025, se reportó un incendio forestal en las cercanías del Parque Nacional Miravalles. (Foto: MINAE-SINAC).

Con este ya son 35 incendios que han sido atendidos por los bomberos forestales dentro de áreas silvestres protegidas. En total se han quemado aproximadamente 717 hectáreas, 256 hectáreas dentro de parques nacionales y refugios de vida silvestre, entre otros.

“Los incendios forestales afectan a la flora y la fauna, los suelos, la calidad de agua, alimentan el calentamiento global por las emisiones de carbono que se liberan y afectan la salud de las personas y las comunidades. Es urgente que tomemos acciones, porque nos afecta a todos”, manifestó el ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach, en un comunicado a propósito del Día del Bombero Forestal que se celebró el pasado 4 de mayo.

La presente temporada de incendios forestales dio inicio en febrero de 2025. El primer incendio forestal fue atendido el 3 de abril en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Caño Negro, específicamente en el sector Los Ledezma, en La Unión de El Amparo, Los Chiles.

Aproximadamente 12 hectáreas fueron consumidas por las llamas, causando un impacto significativo en la flora y fauna del sitio, incluyendo especies como tortugas e iguanas.

“Las investigaciones preliminares indican que el incendio fue provocado por una quema agrícola que se salió de control”, informó el SINAC en su momento.

La flora y la fauna fueron las más perjudicadas por el incendio forestal ocurrido en abril de 2025 en el Refugio de Vida Silvestre Caño Negro. (Foto: MINAE-SINAC).

El Parque Nacional Palo Verde, también en Guanacaste, fue otro que se vio afectado recientemente por un incendio forestal que, si bien inició fuera del área silvestre protegida, se extendió a los terrenos de este humedal de importancia para las aves y motor económico de comunidades que se dedican al aviturismo.

“Se intensificaron las labores de ronda corta fuego y se trabajó con un tractor de oruga para llegar a los sectores de difícil acceso, lo cual permitió contener el siniestro”, informó el SINAC.

Lamentablemente, el fuego redujo a cenizas unas 76 hectáreas del parque nacional: 75 hectáreas de humedal y una hectárea de bosque. Fuera del área silvestre protegida, se quemaron unas 80 hectáreas.

“El primer semestre del año, al tener un clima tan seco, presenta muchos incendios forestales. Muchos incendios inician con buenas intenciones, como una fogata al aire libre, pero si las personas no toman las medidas necesarias, los vientos fuertes y la presencia de árboles o pastos secos puede hacer que se propaguen sin control”, explicó Tattenbach.

En 2024, debido a las condiciones secas derivadas del fenómeno El Niño, se quemaron 4.209 hectáreas dentro de áreas silvestres protegidas y Bomberos de Costa Rica atendió 15.000 incendios en terrenos privados. Esto solo en el primer semestre del año.

Bomberos forestales trabajando en un cortafuego en el Parque Nacional Palo Verde. (Foto: MINAE-SINAC).

Impronta humana

En Costa Rica, el 98% de los incendios forestales se deben a la acción humana, ya sea por quemas agrícolas o fogatas desatendidas o mal apagadas, contaminación que deja materiales expuestos que interactúan con los rayos solares y por vandalismo.

“Para prevenir incendios forestales, es fundamental evitar cualquier fuente de ignición en zonas de riesgo, como arrojar colillas de cigarrillos, fósforos o botellas de vidrio, así como las llamadas quemas agrícolas para preparar terrenos o eliminar vegetación, las cuales son muy frecuentes en estos días que se avecinan las lluvias.  Además, es importante evitar fogatas en áreas no autorizadas”, mencionó Alexander León, director del Área de Conservación Arenal Tempisque (ACAT).

Los incendios forestales tienen consecuencias devastadoras para el medio ambiente y, por ende, para el ser humano, ya que esos ecosistemas quemados pierden su capacidad de proveer servicios ambientales como provisión de agua y otras materias primas, regulación de la temperatura, provisión de polinizadores para la agricultura, etc. Y el panorama se agrava porque su recuperación puede demorar décadas.

Asimismo, en lo inmediato, los incendios forestales producen material particulado que puede causar enfermedades respiratorias, alergias y otros problemas de salud, no sólo a las comunidades cercanas sino también a otras dado que los vientos pueden llevar el humo a kilómetros de distancia.

Los incendios también contribuyen al cambio climático al liberar grandes cantidades de carbono a la atmósfera y reducir la capacidad de los bosques para capturarlo de vuelta.

“Con el paso de los años los incendios se han vuelto más intensos, por el efecto del cambio climático. Y más recientemente, resulta frecuente que las residencias se ubiquen en zonas que limitan con áreas boscosas, lo que también demanda que las comunidades se preparen para prevenir o enfrentar un incendio forestal”, comentó Tattenbach.

El jerarca de Ambiente y Energía se refiere a los incendios que ocurren en la zona de interfaz urbano-forestal, es decir, áreas de transición donde conviven las residencias con la vegetación natural, como los bosques. Estos incendios, aparte de causar daños a la naturaleza, ponen en riesgo a estructuras y, con ello, a las personas.

“Las personas que habitan áreas muy boscosas, rodeadas de naturaleza o que se ubican en áreas que limitan con zonas protegidas, por ejemplo, deben prepararse para una eventual emergencia", aconsejó Oscar Mora, director del Programa Nacional de Manejo Integral del Fuego (PNMIF) del SINAC.

Esta preparación debe incluir, según Mora, el mantener la propiedad libre de basura combustible, así como pastos o árboles secos que constituyen un tipo de combustible vegetal. También se deben mantener los árboles bien podados y de ser preferible evitar que se toquen sus copas, para que --en un eventual incendio-- no se propaguen tan fácilmente las llamas.

"Finalmente, deben ubicar las rutas de evacuación cercanas y los hidrantes aledaños, para poder reaccionar de la forma más expedita posible ante un incendio”, recalcó Mora.

La temporada de incendios forestales aún no termina, por lo que el SINAC recomienda no hacer fogatas cerca de árboles ni cuando el viento está muy fuerte; pero también asegurarse de apagarlas bien antes de retirarse del lugar donde se realizó.

También es clave no dejar depósitos de basura expuestos, pues las latas o vidrios podrían calentarse con el sol e iniciar un incendio sobre el pasto o las ramas secas. Igualmente se aconseja no hacer quemas de basura, ni tampoco quemas para limpiar los suelos. Las quemas agrícolas requieren permisos especiales, los cuales brinda el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

En 1991 se constituyó la primera brigada de bomberos forestales voluntarios, en Bagaces de Guanacaste. (Foto: MINAE-SINAC).

Procedimientos y más equipo

En preparación para esta temporada, el año pasado se oficializaron dos procedimientos que establecen directrices coordinadas para enfrentar las emergencias de manera más eficiente. Se trata de la “Activación de niveles de atención por incendios forestales” y las “Sesiones de la Comisión Nacional sobre Incendios Forestales ante incendios forestales competencia del SINAC”.

Aunado a ello, se trabajó en otros tres procedimientos que están en proceso de oficialización: “Toma del mando en incendios forestales”, “Uso y mantenimiento de los vehículos de intervención rápida para la extinción de incendios forestales” y “Solicitud de cursos de capacitación del Programa Nacional del Manejo Integral de Fuego en el ámbito nacional”.

“La creación y oficialización de procedimientos institucionales y convenios interinstitucionales en materia de prevención, protección y control, garantiza que el trabajo del SINAC sea más claro, eficiente y cuente con el respaldo legal. Además, facilita la colaboración con otras instituciones, mejora la respuesta ante problemas ambientales y refuerza la confianza en su labor, traduciéndose en una mejor protección de los recursos naturales y en el cumplimiento del compromiso de cuidar el Patrimonio Natural del Estado”, dijo Tattenbach.

En 2024, SINAC capacitó a 591 personas. Aparte de los tres cursos básicos, se amplió la cartera de cursos con tres más que son certificados por el Servicio Forestal de los Estados Unidos.

Actualmente, SINAC cuenta con más de 300 funcionarios capacitados, entrenados y equipados para las acciones de extinción de incendios forestales. (Foto: MINAE-SINAC).

A nivel estratégico, la implementación del Sistema de Alerta Permanente permitió robustecer las acciones operativas. “Con la implementación del Sistema de Alerta Permanente, se fortalece las acciones operativas de alerta temprana, tales como la detección diaria mediante el uso de imágenes de satélites, activación de las torres de vigilancia con puestos permanentes y temporales, disponibilidad de recurso humano, así como los patrullajes terrestres para detectar incidentes a tiempo”, destacó David Chavarría, director ejecutivo del SINAC.

Estas y otras acciones responden a las inversiones realizadas a partir del dinero proveniente del Fondo Verde del Clima mediante el Pago Basado en Resultados. En reconocimiento a las 14,7 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que capturaron sus bosques en el período 2014-2015, Costa Rica recibió $54,1 millones no reembolsables, los cuales destinó a ampliar las modalidades del programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) dirigidas a territorios indígenas y también a fortalecer las acciones de prevención y control de incendios forestales a cargo del SINAC. 

“Gracias a esos recursos, para el 2025, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) ha fortalecido, operativamente, al Programa de Manejo Integral del Fuego, específicamente, en temas de disponibilidad de equipos de extinción, transporte de personal y equipo de protección personal, para que nuestros bomberos forestales cuenten con los insumos necesarios para hacer la labor de una forma eficiente y sobre todo segura”, dijo el viceministro de Gestión Estratégica, Carlos Isaac Pérez.

De la parte que le corresponde, del 2022 al 2024, SINAC-MINAE invirtió $2,60 millones en equipos de extinción, protección y otros. Con esos fondos se ha construido, por ejemplo, un centro de bomberos y una bodega de protección en territorio indígena. Se ha formalizado la relación con los voluntarios a quienes se les dará, en el mediano plazo, un incentivo quincenal.

Y aún se tienen $3,47 millones con miras a los próximos años.

Recientes

Busqueda

Seleccione un autor
Suscríbase a nuestro boletín!
Únase a nuestro boletín informativo para obtener las noticias y actualizaciones más recientes de Ojo al Clima.