El casco central del cantón de Barva presenta niveles de ruido que superan los 70 decibeles (dB), tanto durante el día como en la noche. Dichos niveles son superiores a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar el bienestar de las personas. 

La alerta provino de un estudio de la Universidad Nacional (UNA), realizado por la estudiante de Ingeniería en Gestión Ambiental, Allison Núñez Hernández, quien tomó datos del 26 de septiembre al 10 de noviembre del 2023 como parte de su práctica profesional. Las mediciones fueron validadas por el Programa de Estudios en Calidad, Ambiente y Metrología (Procame).

De hecho, el estudio de contaminación acústica surgió por iniciativa de la Municipalidad de Barva. Otras municipalidades que se han acercado al Procame-UNA son Alajuela, Belén, Heredia centro y San Rafael de Heredia, cuyos niveles de ruido pudieran ser similares, ya que presentan fuentes notorias como es el caso del aeropuerto Juan Santamaría, el paso del tren, etc.

El análisis realizado por Núñez reveló, mediante 10 puntos de muestreo, que la principal causa de contaminación acústica es el flujo vehicular.

El relieve natural y las construcciones del área propician la distribución y el rebote de las ondas sónicas provenientes tanto de vehículos como de construcciones y demás actividades humanas, como del mismo aire o precipitaciones, mencionó Sherry Campos, investigadora de Procame-UNA.

“Las zonas comerciales también se relacionan con actividades de perifoneo o altoparlantes. Ese tipo de contaminación se combate con educación ambiental, para que cada uno de los comercios sea consciente del impacto que genera y las consecuencias no solo para los transeúntes, sino también para ellos mismos”, agregó Campos.

Riesgo para la salud

Los límites máximos de ruido, conforme la legislación costarricense, se divide en máximo 65dB para zona residencial  y 70dB para zona mixta y comercial, esto en horario diurno (de 6 a.m. a 8 p.m.) y nocturno (de 8 p.m. a 6 a.m.). Para la OMS, el límite es 65dB. 

En otras palabras, los niveles registrados para el casco central de Barva incumplen con la normativa. Los datos analizados por Núñez también revelaron que los niveles de ruido son más altos durante la noche, lo que sugiere que las actividades comerciales, recreativas y el aumento del tráfico vehicular contribuyen de manera significativa a la contaminación acústica. 

A pesar de los altos niveles de ruido registrados, se observó que la población local reporta una baja sensibilidad hacia este, lo que puede llevar a una subestimación de los efectos negativos de la contaminación acústica en su calidad de vida. 

Lo perjudicial de estar expuestos a ruidos tan altos no se limita a daños en la escucha (discapacidad auditiva, dolor o fatiga auditiva); daños que no son comunes ante exposiciones cortas, menores de 85dB. Afectaciones más sutiles, y que no se suelen estar tan presentes, son problemas cardiovasculares o estrés, perturbación del sueño, cansancio físico y mental, así como las consecuencias derivadas de estos.

Campos mencionó que, luego de la pandemia, se pueden esperar aumentos en cómo el ruido afecta la calidad de vida y, ante el incremento del teletrabajo, se podrían dar casos en los que las personas cambian su rutina diaria solamente por adaptarse al ruido.

Este es un campo todavía nuevo a nivel de investigación. Aún no se cuenta con datos sobre  incidencia de consultas médicas debido a problemas auditivos relacionados por el ruido o el aumento de la contaminación acústica, lo cual es notable considerando que hay nociones sobre cómo el ruido perjudica la salud y provoca  malestar en los ciudadanos.

Las afectaciones de la contaminación acústica no radican únicamente en la salud humana, también impactan el medio ambiente. El ruido enmascara muchos sonidos empleados por animales como mecanismo de comunicación para alertar de depredadores, por ejemplo, o para cumplir con fases en su ciclo de vida (como rituales de cortejo). En otras palabras, todo el ecosistema se encuentra al alcance de la contaminación acústica.

Causa común: tráfico vehicular

Otro hallazgo del estudio es que los puntos críticos de ruido coinciden con los de contaminación del aire.

“En el primer semestre del 2024 hicimos un estudio de contaminación del aire, y los datos se pudieron correlacionar con los de contaminación acústica, donde determinamos que los puntos críticos en ambas investigaciones coinciden con la cantidad de flujo vehicular”, dijo André Hansen Gutiérrez, ingeniero del departamento de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Barva.

“La entrada al cantón es lo que llamamos un cuello de botella, y en un corto plazo vamos a presentar al Consejo Municipal algunas de las propuestas que queremos incentivar, y que están enfocadas en la salud de la población”, agregó.

Los vehículos que emplean combustibles fósiles generan partículas ultrafinas que afectan la salud respiratoria, cardiovascular y digestiva de las personas, además de generar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que son causantes del cambio climático.

En este sentido, las medidas dirigidas a controlar el tráfico vehicular traerán beneficios en cuanto a la salud y bienestar de las personas. “Algunas medidas podrían ser la restricción o carriles exclusivos, dependiendo de la viabilidad del cantón. También hay diferencias en cuanto a los materiales que se usan en la construcción de carreteras; el asfalto, por ejemplo, genera mucha fricción”, enumeró Campos como acciones para mitigar la contaminación acústica.

Según Hansen, la arborización y reforestación urbana son algunas de las iniciativas que la Municipalidad de Barva puede poner en práctica.

“Podemos colocar barreras vegetales para disminuir o filtrar ese sonido en zonas urbanas, pero creo que también necesitamos de iniciativas integrales para velar por la salud de la población. A futuro, también podríamos incentivar la construcción de infraestructuras con aislantes de sonido”, dijo Hansen.

De hecho, la arborización y reforestación urbana también son soluciones basadas en naturaleza que permiten capturar carbono mediante la vegetación y ayudan en la regulación del calor en las ciudades. 

En resumen, compatibilizar medidas dirigidas a combatir la contaminación del aire y la acústica pueden también ayudar a alcanzar los objetivos climáticos.

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