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El Gobierno de Gustavo Petro quiere reducir la minería de carbón térmico, el combustible fósil más intensivo en emisiones de dióxido de carbono. Su uso no solo ha causado la contaminación de suelos y fuentes de agua, sino que también ha impactado la salud pública. No obstante, en departamentos tradicionalmente carboníferos, aún hay muchos sectores que quieren impulsar su explotación, en medio de una disputa que no tiene salida fácil.